La empresa municipal pone mano directa a la gestión y mantenimiento de la arena y en las calas vírgenes los vigilantes contratados por el Ayuntamiento se meterán directamente en el agua con lancha neumática. La casa consistorial de Manacor ha implantado una pequeña revolución en su litoral. Parece hecho a conciencia y todo hace pensar que será un avance significativo para una gestión más eficaz y realista de unos lugares masificados. También demasiadas veces a la intemperie y bajo castigo de sus ocupantes desinhibidos.
Si la pandemia se comporta como es debido, el verano será expansivo en cuanto a bañistas. La valoración técnica reconoce a las playas de Manacor el riesgo medio que tiene. Ante ello, si los vigilantes se mojan y disponen medios más rápidos, la capacidad de reacción y auxilio ofrece mayor confianza.