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Patrimonio

Un gran complejo religioso al servicio del turismo sostenible

Lloret está a punto de concluir la ambiciosa reforma del antiguo convento de los dominicos que el Ayuntamiento pretende transformar en el primer Parador Nacional de Mallorca

Imagen del antiguo claustro del convento, que hoy es de uso municipal.

El mar que rodea el pueblo de Lloret de Vistalegre no es azul, pero cambia de color con las estaciones del año. Ahora, con la explosión de la primavera, presenta un verde intenso que combina con el amarillo en los prados más floridos. Cada una de las ventanas del antiguo convento de los dominicos, el inmenso edificio que domina la localidad, es una invitación a admirar el paisaje del Pla de Mallorca. «Es como mirar un cuadro», afirma el alcalde de Lloret, Antoni Bennasar (Endavant Lloret), asomado a una de las ventanas del complejo religioso cuya reforma acaba de culminar el Ayuntamiento tras un intenso año de obras, después de haber recuperado para el patrimonio colectivo todas las dependencias del convento cuyos orígenes se remontan a mediados del siglo XVI, cuando una comunidad de franciscanos de clausura que residió en la localidad del Pla entre los años 1551 y 1566 cedió las dependencias a los padres dominicos en el año 1583.

Esta orden religiosa puso la primera piedra de la actual iglesia en el año 1591 y posteriormente, a mediados del siglo XVII, edificó el complejo del convento, en el que también residieron las monjas franciscanas, tal y como se ha conservado hasta hoy. El edificio cuenta con numerosas dependencias que suman unos 5.000 metros cuadrados, de los que unos 2.000 han sido completamente reformados.  

Si todo sale según lo previsto por la institución municipal, el convento, tan grande que también alberga las oficinas del Ayuntamiento, será el primer Parador Nacional de Mallorca y posiblemente también de Balears, ya que el proyectado en Dalt Vila de Eivissa todavía no se ha materializado, aunque lleva ventaja porque al menos ya ha sido aprobada su inclusión en la red nacional de este tipo de establecimientos turísticos exclusivos en los que se valora el interés histórico, artístico o cultural por encima de otros factores.

El convento de Lloret todavía no ha superado la fase de aceptación como futuro Parador Nacional, pero el Ayuntamiento ha empezado a mover los hilos para que su petición se tenga en cuenta. «Nos pusimos en contacto con Pedro Saura, presidente de la red nacional de Paradores, para exponerle nuestras intenciones, aunque respondió amablemente que se trata de una competencia de la Secretaría de Estado de Turismo, institución a la que enviamos una carta el pasado 22 de diciembre que todavía no han contestado», explica el alcalde, convencido de que finalmente los responsables de valorar la idoneidad de los edificios aspirantes a Parador acabarán sucumbiendo a los encantos del convento de Lloret. 

Con el fin de acelerar los plazos, el Consistorio ya ha solicitado una reunión con el secretario de Estado de Turismo para «venderle» el proyecto cara a cara, confiado en que el antiguo complejo religioso es un diamante en bruto que reúne todos los requisitos que se exigen a los Paradores y al que solo falta pulirlo para adaptarlo a las necesidades turísticas.

El convento lo tiene todo para que resulte atractivo a los ojos del turismo más pausado y sostenible, el que valora más la historia, la cultura y la naturaleza que pasarse el día en la tumbona de una playa. Está ubicado en el corazón del Pla de Mallorca, una comarca ideal para la práctica del cicloturismo por sus sinuosos caminos rurales, es un remanso de paz que traslada al visitante a su pasado de recogimiento espiritual y no compite con otros establecimientos turísticos de la comarca. También dispone de un amplio aparcamiento conectado con el complejo por un moderno ascensor exterior con vistas al campo.

«Además, sería muy bueno para el pueblo porque potenciaría la economía circular, crearía empleo entre los ‘lloritans’ y toda la comarca se beneficiaría de ello», apunta el alcalde. «Queremos que sea Patrimonio Nacional el que gestione las instalaciones porque garantiza su conservación; no queremos que sea un museo, sino que genere un beneficio para el pueblo», añade Bennasar, quien asegura que «no hay plan B». «No dejaré de intentarlo, hemos enfocado todos nuestros esfuerzos para que sea un Parador Nacional y si al final no funciona ya pensaremos qué hacer con el complejo, de momento no nos interesa cederlo a alguna cadena hotelera ni transformarlo en una residencia para mayores», concluye.

La reforma

El Ayuntamiento ya ha culminado el trabajo de dejar las amplias y luminosas dependencias del convento a punto para su reconversión en un complejo turístico en el que fácilmente podrían habilitarse «entre 14 y 16 habitaciones» con todas las comodidades.  

La reforma, con un coste total de 1,13 millones de euros de los que el Consorcio Bolsa de Alojamientos Turísticos ha aportado el 80%, se ha desarrollado en dos fases. La primera, consistente en la recuperación de la volumetría original del convento que se perdió durante la desamortización, ya ha finalizado. La segunda fase, en la que se ha rehabilitado el antiguo edificio que ocupaban las monjas franciscanas, está en la recta final y su conclusión se espera para la primera semana de abril

Tras la reforma, todo el convento está interconectado. Una parte se reservará al uso turístico y otra a las dependencias municipales, aunque podrán compartir algunos espacios como por ejemplo el patio, el antiguo claustro del convento. «El patio será de uso municipal, porque es ideal para organizar eventos con público, pero no habrá problema para que el futuro hotel pueda usar sus instalaciones mediante un convenio», explica el regidor. La reforma ha ganado «mucho espacio» que se podrá a a disposición de Paradores Nacionales. Otras dependencias serán de uso exclusivo para los futuros turistas, como el antiguo patio de las monjas, con una amplia panorámica de la ‘foravila’, donde podría ubicarse la piscina del complejo turístico. 

El Ayuntamiento tiene previsto inaugurar la reforma durante la primera Nit de l’Art que se llevará a cabo en el marco de la próxima feria de mayo. Será entonces cuando los ‘lloritans’ podrán recorrer sus dependencias ya finalizadas en las jornadas de puertas abiertas que se organizarán. Seguro que no saldrán defraudados.

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