La zona militar de Rafaubeig forma parte del último gran pulmón verde que se encuentra en la costa de Ponent, marcada por el desarrollismo urbanizador de las últimas décadas. Con acceso desde El Toro, se extiende a lo largo de más de 800 hectáreas, repartidas entre la propiedad militar y dueños privados; un espacio catalogado como Área Natural de Especial Interés (ANEI) que ha sido motivo frecuente de debate político. Sin ir más lejos, en la legislatura pasada, el Ayuntamiento propuso la creación de un Parc Natural de Ponent, tras una moción de Esquerra Oberta.
Se trata de una zona con carteles de paso restringido, pese a lo cual los excursionistas pasean por el interior de esos terrenos sin muchos problemas, sobre todo los fines de semana. No es extraño incluso que practicantes de bicicleta de montaña se adentren por sus caminos. A algunas de las personas que suelen frecuentar el lugar les ha sorprendido observar en las últimas semanas que se han iniciado unos trabajos de vallado, aún no concluidos, en ambos márgenes del camino que atraviesa el terreno.
Estado de abandono
A simple vista, apuntan, da la sensación de que se quiere impedir el paso a las construcciones militares diseminadas a ambos lados del sendero. Unas edificaciones que se encuentran en estado de semiabandono -con techos a punto de derrumbarse-, languideciendo entre pintadas, restos de hogueras, latas y botellas rotas.
La instalación del vallado ha sorprendido también al propio ayuntamiento de Calvià, que no tenía constancia de esta actuación en terrenos que son propiedad del ministerio de Defensa. Consultado al respecto por este diario, el Consistorio aseguró desconocer para qué se realiza este vallado.
«Ya estamos en trámites para comprobar si requiere licencia municipal o si correspondería a otra administración (en caso de que se tuviera que pedir este permiso)», informaron fuentes municipales.
Época de nidificación
A personas conocedoras del lugar les sorprende que estos trabajos se realicen en una época del año en que las aves nidifican. El área de Cala Figuera-Rafaubeig tiene la consideración de ZEPA (Zona de Especial Protección de Aves). En la zona se ha atestiguado la presencia de ejemplares de halcón peregrino, cormorán moñudo, curruca balear, águila pescadora y pardela balear, entre otras especies.
En la pasada legislatura, el pleno municipal debatió una propuesta de la regidora de la oposición Isabel Manresa para adquirir esta «joya natural» de Calvià, «dado su interés ecológico, paisajístico y turístico». La propuesta no fructificó.
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