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«Las higueras forman parte de nuestra manera de ser»

Vallcaneras dice que «representa más que un árbol, más que un paisaje», ya que es la «esencia de Mallorca, del Mediterráneo»

Miquel Vallcaneras Munar, en una entrevista para este diario. R. Ferriol

Es un paisaje único y que desde Lloret de Vistalegre, desde 1981 a través de la Fiesta del Sequer, y hace unos años, a través de ARCUFI (Associació per a la Recuperació del Cultiu de la Figuera), se pone sobre la mesa. Cada pueblo tiene uno -o más- tipos de higos que son peculiares u originarios de este pueblo: en Lloret, está el higo brocalet.

Montserrat Pons, en su libro Las higueras en las Islas Baleares, dice sobre esta higuera: «Tiene un rendimiento productivo suficientemente elevado. Los higos son negros, pequeños, aperados, con un cuello más pequeño y más estrecho que el cuello de dama, uniforme de dimensiones y simétricas en la forma. La piel es de un grosor medio, de textura fina y consistencia dura. No presentan formaciones anormales. La variedad parece ser originaria de Lloret, donde es conocida y se le llama brocalet por su forma de brocal, es decir, en forma de botella panchuda».

Hemos hablado con un lloretà que la conoce bien. Forma parte del grupo de música tradicional lloretana Brocalet, y es el socio de mayor edad de ARCUFI. Es Miquel Vallcaneras Munar (Lloret de Vistalegre, 1943).

¿Qué puede contar de la higuera ‘brocalet’?

En nuestra rota había una muy vieja y murió cuando yo era jovencito. Recuerdo que eran higos muy sabrosos, tardíos, pequeños, y aguantaban las inclemencias del tiempo (tormentas de agosto, sol, etc.), y por eso era tan apreciada. A gusto, es muy parecido a la bordissot negra. En la década de los ochenta decidí plantar una valla de higueras y, entre ellas, la brocalet. Planté dos y aferró una y el año pasado murió la que quedaba.

¿Dónde estaban plantadas estas higueras ‘brocalet’?

Desde sa Comuna hasta el término de Costitx era la zona donde más la había. Recuerdo los Sargonets, por detrás de la rota de Son Gelabert, que había muchas; también en la rota de Can Marron, donde yo fui a buscar la rama de la brocalet.

¿Cuántas variedades de higuera tiene?

R-Ahora tengo una veintena: rotgisca, bordissot blanca y negra, cuello de dama blanca y negra, verdal, de la senyora, de la roca, de la tira, martina, santmartina, martinenca, algerina, calderona, paratjal, paratjalina, capoll llarg, galantina... Esta última es muy buena para secar. También, en otro sementer, tengo una carlista y otra de miralles.

¿Qué opina de esta variedad tan extensa de higos que se expone cada año en la Festa del Sequer?

Se ha dado nombre a muchos higos que antes decíamos «bordes», y los payeses sólo llamaban una veintena de variedades. Pero con los estudios existentes se pueden clasificar mucho mejor teniendo en cuenta no sólo la forma externa sino el gusto y la formación interna.

¿Qué opina de este impulso del mundo de la higuera?

Encuentro que es necesario para que no se pierda de nuestro paisaje un árbol que forma parte de nuestra forma de ser y de vivir. Debemos hacer una cultura. Tienes que pensar que los higos eran el mantenimiento de muchas familias, ya no sólo porque eran la comida de los animales durante todo el invierno, sino porque también sirvieron para alimentar a las personas. Una tarta de higos, o un trozo de pan de higo, una rebanada de pan y un corte de sobrasada era el almuerzo de mucha gente que trabajaba en el campo de sol a sol. Creo muy acertado que los niños participen porque es la manera de que conozcan todo este mundo y lo quieran y lo valoren. Si conseguimos que todo esto sea visto como una forma de hacer cultura será un gran paso para conseguir su supervivencia.

¿Cuál es el cometido de la asociación ARCUFI, de la que usted forma parte?

Es extraordinario. En primer lugar porque Montserrat Pons Boscana es su presidente honorífico y se ha implicado mucho; en segundo lugar, porque todo un grupo de lloritans y lloritanes han querido dar un paso más allá: sembrar higueras y poder tener, en unos años, un «Son Mut Nou» en Lloret. Todos los miembros están bien concienciados de que la higuera representa más que un árbol, más que un paisaje, más que un fruto: es la esencia de nuestro pueblo, de Mallorca, de las islas, del Mediterráneo. Si nosotros no somos capaces de conservar, amar y hacer crecer lo que forma parte de nosotros mismos, ¿quién lo hará? Arnau Mateu, el presidente, con un equipo de ARCUFI, hacen un trabajo muy bueno con los niños de la escuela de Lloret.

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