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Salud

Profundo malestar en los municipios que esperan un nuevo centro de salud

La paralización del proceso de licitación de nueve equipamientos sanitarios por parte de Madrid ha caído como un jarro de agua fría en los pueblos que necesitan de forma urgente unas nuevas instalaciones que sustituyan a las actuales

El ayuntamiento de Consell ha empezado las obras del aparcamiento de la futura unidad básica de salud. Miquel Bosch

La decisión del Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales del Ministerio de Hacienda de paralizar durante tres meses la adjudicación por parte del Govern de nueve centros de salud de Mallorca ha supuesto un jarro de agua fría importante en los municipios que de forma más urgente necesitan nuevos equipamientos sanitarios, algunos desde hace muchos años. Los alcaldes de estas localidades han expresado su profundo malestar por el nuevo retraso en el inicio de las obras que supondrá esta medida, motivada por el recurso interpuesto por la patronal PIMEM contra la decisión de la Conselleria de sacar a concurso en un solo lote la edificación de estos centros de salud.

Uno de los casos más flagrantes es el de Pollença, cuyo alcalde, Tomeu Cifre (Tots per Pollença), recuerda que el equipamiento está previsto desde hace años y que en 2019 ya se había presentado el anteproyecto del PAC que se construirá en el solar de Can Conill. «Nos han engañado desde el primer día, vendiéndonos que el nuestro sería el primero en construirse y ahora ya no sabemos cuándo se iniciarán las obras», señala. Respecto al sistema utilizado por Salud para licitar estos equipamientos, recurrido por la patronal, Cifre añade que «las izquierdas siempre habían criticado las macrolicitaciones y ahora hacen lo mismo; me da igual cómo se licita, lo que quiero es que se construya el PAC lo antes posible».

El alcalde de Santa Margalida, Joan Monjo (Convergència), no se muerde la lengua al calificar de «chapuza» el proceso que ha desembocado en la paralización de las licitaciones, aunque asegura «entender» la postura de la patronal: «PP y PSOE siempre hacen lo mismo, dan las obras a las grandes constructoras de Madrid que después las subcontratan». Monjo aprovecha para recordar que también están a la espera de la construcción de una nueva escuela en Can Picafort. «No han hecho ni el anteproyecto, pero la covid lo aguanta todo», ironiza.

Por su parte, Manolo Galán (PSOE), alcalde de Artà, admitió que la situación es desagradable porque «hace muchos años que luchamos por el nuevo centro de salud que debe sustituir al actual porque está en muy mal estado; al final, los perjudicados son los ciudadanos». Galán, que confía que la resolución del recurso «llegue antes de tres meses y se desbloquee esta situación», recuerda que desde 2015 el municipio presiona para tener un nuevo equipamiento y que el solar donde se construirá ya fue cedido al Govern a mediados de la pasada legislatura. 

Montuïri es otro de los pueblos afectados. Su alcalde, Joan Verger (Més), expresó ayer su «preocupación» por el nuevo escenario. «Llevamos muchos años esperando el nuevo centro porque el actual se ha quedado obsoleto». En 2016 se compró el solar en la calle de sa Mostra y para ello el Ayuntamiento «hizo un gran esfuerzo económico». Verger admite que la noticia ha «desmoralizado» a los montuïrers y que cuando se enteró de la decisión de paralizar la licitación se le cayó «l’ànima als peus’».

El veterano alcalde de Consell, el socialista Andreu Isern, confiesa su decepción porque « este imprevisto retrasa las obras de una obra necesaria para el pueblo de Consell». Isern justifica el sistema de licitación porque «no es la primera vez que se hace», aunque admite que preferiría que las obras fueran ejecutadas por alguna constructora local, si bien «se presentan empresas de toda Mallorca e incluso de la península».

El alcalde de Sant Joan, Francesc Mestre (El Pi), por su parte, se muestra comprensivo con la preocupación de los constructores pero como Ayuntamiento espera y desea que el proceso no se alargue. Cabe recordar que la conselleria de Salud ya sacó a licitación la reforma de la Unidad Básica de Sant Joan y la prorrogó porque quedó desierta y luego se incluyó en el lote de proyectos.

Por último, en el caso de Llucmajor, otro municipio que está pendiente de la licitación del futuro centro de salud, el regidor de Urbanismo, Guillermo Roig, criticó que en la pasada legislatura tuvieron mucha prisa en «hacerse la foto» porque el futuro centro sanitario que debe levantarse en la zona conocida popularmente como el antiguo campo de fútbol Antoni Roses «no hay nada de nada, ni dotación de servicios ni nada». Por ahora nadie sabe cuándo podrán empezar las obras de todos estos equipamientos.

PIMEM confía en llegar a acuerdos

Por otra parte, el presidente de la Federación de la Pequeña y Mediana Empresa de Mallorca (PIMEM), Jordi Mora, confía en llegar a un acuerdo con la conselleria de Salud y Consumo sobre la licitación de nueve centros de salud en Mallorca que ha sido paralizada por el ministerio de Hacienda tras admitir el recurso de la federación.

En este sentido, Mora se refirió ayer a la admisión a trámite del recurso interpuesto por PIMEM sobre esta licitación por considerar, al hacerla en un único lote, que el Govern deja fuera a la práctica totalidad de las pequeñas y medianas empresas de Balears.

El presidente de PIMEM confirmó que se mantiene en contacto con la Conselleria para llegar a algún punto de acuerdo que permita desbloquear la situación que afecta a ocho municipios de la isla, que sufrirán un nuevo retraso en el inicio de las obras de sus respectivos equipamientos sanitarios.

Ahora, el Tribunal Administrativo Central determinará si la causa sigue adelante. No obstante, la resolución judicial establece que aunque se suspenda el procedimiento de contratación, no afectará al plazo de presentación de ofertas por parte de las empresas interesadas en la adjudicación.

La federación que representa a las pequeñas y medianas empresas consideró el pasado martes que la conselleria de Salud ha hecho una «interpretación errónea» de la ley y «de manera muy reducida» basándose en aspectos técnicos, pero «el error de fondo es una mala interpretación de la administración al no tener en cuenta que de lo que se trata es de nueve edificios y no uno».

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