El problema endémico de los cortes de suministro de agua y exceso de presión, especialmente en algunas calles de la parte baja de la población, con las consiguientes fugas, entra en una fase, sino de solución definitiva, por lo menos de control. El Ayuntamiento ha decidido emprender obras de sectorización de la red pública de aguas de Petra para tener una mejor capacidad de control y, en caso de nuevos problemas, que no resultan en modo alguno descartables, poder reparar las fugas sin tener que privar del suministro a todo el casco urbano de la villa. Se calcula que la red pierde entre un 30 y un 35% de su potencial. El pozo de Sa Creu, que se abastece de un acuífero, llega a emitir unos 900.000 litros diarios y de ellos, como máximo, alcanzan a facturarse 600.000.
Estos días se están llevando a cabo los trabajos de perforación en distintas calles para fijar los nuevos contadores de zona y puntos de distribución para instalar los controles de los cuatro sectores en los que queda dividido, en cuanto a distribución de agua potable, el casco urbano de Petra. El consistorio invierte en ello unos 50.000 euros.
El pozo de Sa Creu llega a emitir unos 900.000 litros diarios y de ellos, como máximo, alcanzan a facturarse 600.000
El verdadero reto es el de poder disponer de mejores instrumentos para controlar la presión y con ello disminuir el número de roturas y fugas. Para ello también será necesario inutilizar el depósito viejo, también objeto de pérdidas de agua, y hacer efectivo el nuevo, situados ambos en la misma zona de Sa Creu. La nueva instalación de distribución de aguas, al lado de la Unidad Sanitaria, no ha llegado a entrar en servicio de manera efectiva desde su acabado, hace ya varios años. Ahora se han instalado junto a él cuatro bombas impulsoras que, según las previsiones, contribuirán a la normalidad del sistema.
De forma paralela a estas intervenciones, Abaqua ha realizado, en previsión de usos futuros, una conexión de la red pública de Petra con el nuevo depósito de grandes dimensiones, construido en Na Pelada, en el Camí de Bonany, que debe servir como estación de transferencia de los acuíferos de Sa Marineta hacia Manacor. Esta conexión permitirá también en el futuro interconectar la red insular con la de Petra. De todos modos, estas mejoras no solventarán de forma definitiva el problema interno y el alto desgaste que afecta a las tuberías subterráneas de las calles de la población y que se traduce en pérdidas de agua que necesitan ser constantemente parcheadas.
