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sant antoni 2022 - las consecuencias de la suspensión

Manacor se resigna a otro año sin ‘foguerons’

Los artesanos lamentan la cancelación por segundo año consecutivo de las fiestas de Sant Antoni y la pérdida de horas de trabajo, aunque entienden la decisión

La alternativa de balcón de Nofre Galmés. S. Sansó

«Este año el diseño tenía entre 5,5 y 6 metros de altura. Hubiera sido espectacular, pero entendemos que si no es posible tampoco hay mucho que hacer», lamenta Toni Galmés desde su taller de la calle Solimà de Manacor, mientras intenta no desvelar demasiado de una composición que, si todo va bien, servirá para el año que viene.

Y es que el anuncio de la cancelación de las fiestas de Sant Antoni por parte del Patronat y el ayuntamiento de Manacor, además de la tristeza de no poder disfrutar de las celebraciones más populares del municipio, conlleva otra decepción: la imposibilidad de disfrutar, por segundo año consecutivo, de las composiciones y personajes diseñados por decenas de artesanos que tradicionalmente se colocan sobre los foguerons a modo de crítica o reconocimiento social.

Galmés, además de ser ya un avezado creador de foguerons para el Bar Can Roseta, también es famoso en la ciudad por haber plantado una gran falla en noviembre de 2019 o por realizar varias de las figuras de personajes mágicos para una reciente campaña comercial del Ayuntamiento. «Ahora mismo trabajo no me falta, eso es cierto, pero Sant Antoni es un objetivo que siempre está ahí y que hace mucha ilusión. Llevábamos trabajando en este proyecto desde hace dos años… solamente puedo decir que será la escena opuesta al último que pudimos hacer y en el cual el dimoni era el actor principal».

‘foguerons’ |

«Está claro que es una decepción, pero en cierta forma tampoco nos ha sorprendido», repite Mateu Riera, del colectivo ‘Es dimonió en pel’. «Llevábamos varios meses de trabajo intenso, viéndonos varios días por semana. Pero entiendo que es una decisión tomada de manera responsable y consensuada entre los organizadores y por tanto poco podemos hacer». Preguntado sobre la posibilidad de si se hubieran podido mantener las distancias por el hecho de ser un rito al aire libre, Riera sostiene: «Es una fiesta y como tal es complicado prever qué hubiera pasado. La gente come y bebe. Es natural que las instituciones no quieran correr riesgos».

‘foguerons’ | S.SANSÓ

En cuando al trabajo grupal de ‘Es dimonió en pel’, grupo compuesto por una decena de artesanos reputados (su fogueró ha sido tradicionalmente de los más premiados y reconocidos por su calidad técnica), dice que «no habrá problema en retomar el mismo tema que teníamos pensado». «Digamos que es una crítica atemporal, de la que tampoco desvelaremos nada porque si no ya pierde la gracia», agrega.

«Todo esto nos hará más fuertes y que el año que viene, si todo va bien, podamos celebrar Sant Antoni con más fuerza e ilusión si cabe», dice Nofre Galmés, propietario junto a su hermano Ramon, del conocido Bar el Porrón, una institución cuando hablamos de estas pequeñas ‘fallas’ a la manacorina. «Nosotros empezamos en los 90 con mucha fuerza… y hasta hace dos años. Ahora nos planteamos dejarlo y contribuir a la fiesta desde otro punto de vista, haciendo otras cosas», explica mientras muestra fotos de la alternativa elegida tras las suspensiones pandémicas: «Utilizamos la misma técnica pero con otro objetivo».

‘foguerons’

El Porrón siempre estaba marcado en el plan de ruta de cualquier santantonier que se preciara, por la fiesta y por el despliegue de medios que gracias a un equipo de entre 10 y 12 personas podían concretar en diseños originales, a base de figuras y ‘construcciones’ de un armazón de madera recubierto de papel encolado primero y pintado después: «Ahora, como le decía, hemos hecho lo mismo pero a menor escala y para colocarlo en el balcón de casa. Es una manera para que los niños también disfruten colaborando». En cuanto a lo que supondrá este parón en el futuro desarrollo de la tradición fogueronera de Manacor, Galmés cree que «puede ser un revulsivo para que los jóvenes que deben coger el relevo tengan más ganas de trabajar en los diseños y no solo gozar de la fiesta». «Noto falta de implicación, porque realmente esto es un gran trabajo que cuesta meses llevar a buen puerto. Nosotros solíamos empezar ya justo después de verano», apunta.

‘foguerons’

Precisamente, hablando de los más jóvenes, una de las mayores canteras que ha nutrido la fiesta del 16 de enero durante las últimas dos décadas ha sido el Club d’Esplai Crist Rei, con 25 monitores y hasta 120 niños y niñas colaborando en el fogueró anual que plantan cerca de la calle Santiago Russinyol. «En 2020 ya no empezamos el curso para diseñarlo y este ya nos esperábamos que el trabajo quedaría de nuevo interrumpido. Nos sabe mal sobre todo por ellos, pero lo entendemos», responde su responsable, Cata Sastre, quien tampoco quiere desvelar los motivos de un conjunto que advierte «será más pequeño para no causar molestias a los vecinos por el fuego», pero que «podrá mantener el tema que ya teníamos pensado».

«Pensamos que es una decisión que, pese a que nos duele porque ya son dos años consecutivos, está tomada desde la responsabilidad. Pienso que no hubiera sido posible aplicar las medidas sanitarias en un ambiente de fiesta», argumenta. «Ahora debemos pensar en el año que viene. Queremos mucho esta fiesta, ¡así que volveremos con más ganas si cabe!», indica.

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