El Govern ha dado este jueves públicamente su apoyo a la puesta en marcha de un proyecto estratégico impulsado por las cooperativas agroalimentarias de Balears, Catalunya y País Valencià consistente en la construcción de una planta en el municipio de Consell para transformar la pulpa de la algarroba, una parte que actualmente apenas tiene valor comercial, en diversos productos saludables como harina, azúcar, fibra alimentaria y taninos con múltiples aplicaciones en las industrias alimentaria, farmacéutica o vinícola.

El proyecto, que podría obtener financiación con fondos europeos a través del PERTE agroalimentario del gobierno español, tiene un coste aproximado de seis millones de euros y podría ser una realidad en el año 2025. La futura fábrica podría funcionar a través del hidrógeno verde generado en la nueva planta de Lloseta.

La infraestructura que se construirá en Consell, junto a la nave de la cooperativa Camp Mallorquí, podría llegar a trocear unas 15.000 toneladas de algarroba al año y beneficiar de forma directa e indirecta a más de mil familias solo en Mallorca, según los cálculos de las cooperativas agroalimentarias.  

El objetivo del proyecto es el de poner en valor todo el fruto del algarrobo, del que actualmente se aprovecha básicamente la semilla (la cotizada goma de garroví), que supone entre un 10 y un 15 por ciento del fruto, pero no la pulpa, de la que podrán obtenerse productos que pueden usarse como sucedáneos de chocolate y cacao, harinas sin gluten para repostería, taninos farmacéuticos para reducir el colesterol y los triglicéridos o incluso como colorante para el sector vinícola, entre otras aplicaciones. De esta forma, se pretende mejorar la rentabilidad del cultivo, garantizar la sostenibilidad del sector agrario y facilitar el relevo generacional para que se incorporen más jóvenes a la actividad agrícola.

El proyecto ha sido presentado este jueves durante una reunión de las cooperativas agroalimentarias con la presidenta del Govern, Francina Armengol; la consellera de Agricultura, Pesca y Alimentación, Mae de la Concha; y el conseller de Fondos Europeos, Universidad y Cultura, Miquel Company. La titular de Agricultura ha valorado después el proyecto de forma muy positiva porque «apuesta por la diversificación y la economía circular, ya que se aprovecha la totalidad del producto». De la Concha asegura que el ejecutivo «no puede dejar escapar este proyecto de ninguna de las maneras».

Por su parte, el presidente de la cooperativa Camp Mallorquí, Miquel Gual, ha explicado que actualmente el cultivo de la algarroba sigue en expansión porque el precio «ha subido mucho», pero ha advertido que esta revalorización depende exclusivamente del valor de mercado del ‘garroví’, por lo que «si aparece un nuevo producto que lo sustituya, la algarroba volverá a tener el precio de antes». «No podemos permitirlo», señala Gual, que justifica la importancia de la futura planta de Consell para «sacar el máximo provecho al 90 por ciento restante de la algarroba» y de esta forma seguir siendo competitivos en el mercado. Y es que, según destaca, el algarrobo es un árbol muy agradecido que es resistente a la sequía y a la xylella que ha dejado «un millón de almendros muertos» en los campos de Mallorca.