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Javier Piña Presidente de ASINEM

«Las microcomunidades podrán reducir la contaminación y el estrés del Polígono de Marratxí»

Se prevé que en el primer semestre del año se creen las primeras comunidades empresariales: «Necesitamos las pioneras y ejemplares»

El presidente de ASINEM, Javier Piña, posa para esta entrevista en las instalaciones de la entidad. ASINEM

Las más de 470 empresas que están ubicadas en el Polígono de Marratxí podrán generar la electricidad que consumen a diario con la implantación de cien microcomunidades energéticas, y todo gracias a la instalación de placas solares en los tejados de los edificios. Esta es la intención que tiene ASINEM en relación a un proyecto pionero en Mallorca, que cuenta con el respaldo del sector público y financiación de los Fondos Europeos.

¿En qué consiste exactamente este proyecto?

Fomentar la eficiencia energética del polígono, que tiene unas 13 hectáreas. Pretende dotar a ese suelo industrial que básicamente es tejado para tener una cobertura de instalación fotovoltaica de potencia de máximo 100kW, y nutrir así de energía eléctrica a las mismas empresas. Estamos en una isla, donde ocupar suelo rústico y urbano es complejo, pero el aprovechar los tejados construidos, sin impacto ambiental, beneficia a los mismos usuarios del polígono y mejoramos la eficiencia energética.

¿La totalidad de la energía consumida provendrá de esas placas solares?

Irá creciendo. Con los metros cuadrados del polígono podría haber cien microcomunidades de empresas. Si conocemos que en el polígono hay 474 empresas, con el consumo actual por la noche ya no habría energía suficiente, pero la actividad claramente es de día, y creemos que hay suficiente potencia para abastecer toda o casi toda la actividad. Depende de tener todas las microcomunidades, conseguir y alinear a todas las empresas del polígono con el objetivo de generar energía.

¿Cuándo está previsto dar los primeros pasos?

El objetivo es tener las primeras comunidades en el primer semestre del año, necesitamos las pioneras y ejemplares. Pero justo uno de los mayores escollos a nivel consultor no es el técnico, en cuanto a la instalación de las placas, sino en la socialización del proyecto, en la legalización de las comunidades y dar forma a la entidad que lo gestione.

¿Ya se implantarán las cien microcomunidades desde un principio?

Es un proyecto escalable. Tenemos una oportunidad única con los fondos europeos, y sería más favorable que las microcomunidades se crearan a corto plazo. Es un polígono que se ha podido degradar en los últimos años, con estrés por la cantidad de empresas logísticas y con una huella de carbono superior a 70 toneladas diarias de CO2. Entendemos que tenemos que encontrar un diálogo común, socializar la energía y desarrollarla.

¿Tenéis algún modelo a seguir en Baleares o España?

Hay una experiencia en Valencia, que está incipiente. En Baleares está el polígono de Sant Lluís en Menorca, que estamos al mismo nivel de desarrollo, ellos tienen unas ocho hectáreas menos. Hay un compromiso fuerte de la administración en Menorca, estamos muy en contacto, y con el Instituto Balear de l’Energia (IBE) actuando de motor, pero es difícil porque somos los primeros en dar los primeros pasos.

En caso de tener resultados satisfactorios, ¿piensan extender el proyecto a otros polígonos?

Sí, por eso hemos creado la marca Smarted. Es un proyecto global basado en tres piezas: eficiencia energética, comunidades empresariales solidarias y smartización de la movilidad para mejorarla, es decir, no solo son placas y microcomunidades, sino que hay aplicaciones y recursos diseñados para mejorar la movilidad y el tránsito en el polígono, su desarrollo.

¿La actitud de los empresarios es receptiva con el desarrollo del autoconsumo, o muestran escepticismo?

Son receptivos, siempre hay un sí por delante en la asociación de empresarios de Marratxí, pero también incertidumbre al ser un proyecto nuevo. Todo el mundo escucha hablar de comunidades energéticas, pero al llevarlas a cabo hay un freno en la socialización de las mismas. El autoconsumo lo tenemos interiorizado, pero el individualismo no es una solución de futuro.

Hoy el tema de la luz está muy candente. ¿Cuánto podría abaratar la factura de los empresarios este proyecto?

Es difícil dar una apreciación porque el precio varía día a día, y es difícil saber qué precio tendrá este año. Habrá un ahorro, pero será mayor si se hace de manera colaborativa. Por tanto no es cuestión de cuánto abaratamos, sino la visión de futuro de que creamos comunidades microgeneradoras para autoabastecernos.

¿Qué beneficios puede aportar a la iniciativa la recepción de los fondos europeos?

Una disminución de la huella de carbono y del estrés de empresas y personas que trabajan aquí. ASINEM es una asociación sin ánimo de lucro del sector de las instalaciones, visualizamos la transición energética desde hace 44 años, trabajamos por el bien común, por lo que no hablamos en clave de dinero, sino de desarrollo territorial local.

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