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Sant Antoni

Las nuevas restricciones obligan a suspender o readaptar todos los actos de Sant Antoni

El control de aforos en actos multitudinarios exteriores o la prohibición de comer alrededor de los 'foguerons' dificultan la celebración de las fiestas

Las nuevas normas impiden comer alrededor de un 'fogueró'.

Todo indica que Sant Antoni y el Dimoni deberán hacer cuarentena un año más. Las nuevas restricciones aprobadas este jueves por el Govern, que implican el pase de Mallorca al nivel 3 de alerta sanitaria, obligarán a suspender o bien reformular, en el caso de las fiestas que todavía no han sido canceladas de forma oficial, todos los actos tradicionales de la fiesta popular más esperada de Mallorca. Los controles de aforos en actividades celebradas al aire libre como el ‘ball de dimonis’, la imposibilidad de organizar torradas alrededor de un fogueró’ o el requisito de modificar recorridos en las ‘Beneides’ son algunas de las medidas que prácticamente dejan sin alternativa a los municipios ‘antonians’ que todavía no han decidido si suspenden de forma definitiva el programa festivo.

En cualquier caso, cada día que pasa es más evidente que no será posible disfrutar del Sant Antoni tradicional. De hecho, municipios con una larga trayectoria ‘antoniana’ como Artà o Pollença ya han decidido suspender las fiestas, aunque en el caso de la localidad del Nord únicamente se ha oficializado la cancelación del Pi de Sant Antoni, el acto más representativo, pero todavía no se ha tomado una determinación con respecto a los ‘foguerons’. 

Este jueves ha continuado el goteo de ayuntamientos que también han decidido pasar página ante la imposibilidad de celebrar las fiestas de forma responsable. Es el caso de los municipios de Son Servera y Capdepera. En el primer caso, el Ayuntamiento y la Obreria de Sant Antoni han optado por suspender toda la programación debido al aumento de contagios. «Es el momento de hacer las cosas con prudencia», señalan desde el Consistorio. En Capdepera también se ha celebrado una reunión entre Ayuntamiento, Obreria y otros agentes de la fiesta en la que se ha decidido de forma unánime la cancelación de todo el programa, una decisión «triste y dolorosa» que «se ha tomado con la cabeza y no con el corazón». 

Otros municipios como Manacor, Muro o sa Pobla todavía no han tomado la decisión definitiva, aunque son conscientes de que, si siguen adelante con la fiesta, deberán readaptar prácticamente todas las actividades. Actualmente están sopesando si vale la pena reformular la programación para adaptarla a las nuevas medidas o bien es mejor suspender todos los actos ante la imposibilidad de cumplir con las restricciones que implica el nivel 3 de alerta sanitaria.

El alcalde de sa Pobla, Llorenç Gelabert, admite que «hay muchas complicaciones» para celebrar la fiesta y remite a la reunión que celebrará la junta de gobierno el lunes por la mañana para tomar la decisión definitiva. «Todo es posible, desde la suspensión total hasta mantener algunos actos en escenarios alternativos», explica. Gelabert añade que el Govern obliga a reducir aforos en exteriores de manera que haya un asistente por cuatro metros cuadrados, un requisito que reduciría a su mínima expresión actos tan multitudinarios como el baile de ‘Caparrots’ o las ‘Completes’. «¿Qué hacemos con la gente que no va a caber?», se pregunta. 

En cualquier caso, sa Pobla no descarta planificar ubicaciones alternativas para que la gente pueda disfrutar de los ‘Dimonis’, que «podrían hacer una vuelta por los cinco kilómetros de la ronda de circunvalación», o de los ‘Caparrots’, que podrían bailar en el polideportivo, donde es más fácil controlar los aforos que en la Plaça Major.

El municipio de Muro, célebre por sus vistosas ‘Beneïdes’, no quiere precipitarse a la hora de tomar una decisión definitiva. Su alcalde, Antoni Serra, tiene claro que las ‘Beneïdes’ «se celebrarán, ya sea el día de Sant Antoni o por primavera, porque hay mucha gente implicada que lleva trabajando mucho tiempo en ellas». El Ayuntamiento convocará una reunión la próxima semana para tomar una determinación. «Todavía faltan más de veinte días para la fiesta y todo cambia muy rápido; esperaremos acontecimientos e iremos sobre la marcha», concluye Serra.

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