El Centre de Recuperación de Fauna Silvestre de Baleares (Cofib) y la Fundación Vida Silvestre Mediterránea han liberado un pollo de buitre negro en la finca de Ariant, en Pollença, después de que se haya recuperado en las instalaciones del Cofib tras haber caído al mar el pasado octubre.

El buitre negro (Aegypus monachus) está catalogado como vulnerable en el Catálogo Balear de especies amenazadas.

El ejemplar fue trasladado al puerto de Sóller por un agente de medio ambiente, después de recibir el aviso de una embarcación que navegaba por la costa norte el pasado mes de octubre, ha recordado la Conselleria de Medio Ambiente y Territorio en un comunicado.

La rapaz fue trasladada al Cofib, donde ingresó con hipotermia, edemas y dificultad para respirar. Se trataba de un polluelo macho nacido este año, de 7,2 kilos de peso, que cayó al mar cuando debía emprender los primeros vuelos cerca de su nido. En ocasiones, los buitres negros anidan en los acantilados de la costa.

Desde octubre, el personal del Cofib ha tratado a este ejemplar de las diferentes patologías que sufría, hasta que ha estado preparado para volver al medio natural. Antes de la liberación, lo han marcado con una anilla oficial, una de lectura, un patrón de decoloración de plumas y un dispositivo GPS.

La Fundación Vida Silvestre Mediterránea se ha encargado del traslado hasta la finca de Ariant, en Pollença, donde lo han liberado.

La caída al mar de ejemplares jóvenes ha sido el motivo de entrada al centro de recuperación de los dos buitres negros atendidos este año por el Cofib.

La proximidad de los nidos a la costa, la falta de experiencia de vuelo de los polluelos y fenómenos meteorológicos adversos durante los primeros vuelos hacen que, en ocasiones, puedan caer a la mar, desde donde les resulta prácticamente imposible salir.

Las plumas de los buitres son estructuras diseñadas para tener resistencia al aire pero no al agua. Una vez mojadas, aumentan considerablemente el peso del animal.

La aerodinámica de esta especie le permite hacer vuelos largos planeando y sin mover casi las alas. No son animales con movimientos ágiles y rápidos. Por eso cuando caen al mar, no pueden salir con vida del agua sin ayuda.

Otras especies de aves se han adaptado a vivir en entornos acuáticos desarrollando estrategias como mayor densidad de plumas en el cuerpo y sobre todo la capacidad de impregnarlas de una secreción aceitosa que segrega la glándula de la glándula uropigial (en el inicio de la cola).