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Un primer estudio del vertedero ilegal de Felanitx revela que el suelo no está contaminado

El Ayuntamiento recoge nueve toneladas y media de residuos y vierte arena sobre el solar

Vertedero ilegal de Can Alou en Felanitx. A. Ruiz

A priori, el suelo del vertedero ilegal de Can Alou (Felanitx) no está contaminado. Es la conclusión a la que ha llegado la dirección general de Residuos tras ejecutar unas primeras catas sobre el terreno. Según fuentes de la conselleria de Medio Ambiente, los resultados «no hacen pensar que haya residuos peligrosos o contaminación del suelo». Aun así, en diciembre está previsto que se lleve a cabo un segundo estudio más específico para ratificar el estado del suelo y actuar en consecuencia.

De este modo, el plan de restauración todavía está en el aire, según reveló la Conselleria. Todo dependerá de los resultados de la segunda cata, que se prevé que estén a principios de año. En el mejor de los casos (es decir, si se confirma que no hay contaminación en el suelo), tan solo se deberá restituir el terreno. Otra estrategia se requerirá si se constata que la contaminación ha traspasado el suelo, provocando, en el peor de los casos, su filtración en las aguas subterráneas, por ejemplo. En este caso, y como explicó en su día la regidora de Medio Ambiente en el consistorio felanitxer, Catalina Soler, se ejecutaría la minarización, lo que supondría retirar todo lo que subyace en el subsuelo para posteriormente restituirlo.

Por el momento, el vertedero ilegal -descubierto por Greenpeace en octubre de 2020- muestra una imagen más afable, aunque todavía se observan restos de lo que fue un cementerio de residuos durante más de tres décadas. Desde el ayuntamiento de Felanitx se recogieron el pasado mes de junio nueve toneladas y media de basura (500 kilos de envases, 1.800 kilos de residuos sólidos y 7.040 kilos de vidrio) en una primera limpieza superficial, que posteriormente se culminó con el vertido de arena para sellar el terreno de manera provisional, a fin de que la contaminación no afecte al ecosistema. Se trata de una medida cautelar hasta que la conselleria de Medio Ambiente determine el estado del terreno y el plan de restauración a seguir.

Soler aseguró ayer que desde la institución municipal han hecho «todo lo que han podido» y han cumplido con lo acordado con la Conselleria, es decir, se han hecho cargo de la limpieza superficial y posterior vertido de arena, lo que ha supuesto un desembolso de 23.000 euros para el Consistorio. «Tenemos el final de obra, está todo pagado y entregado», reiteró la regidora de Medio Ambiente.

Sin rastro de la propiedad

Cabe recordar que tras la denuncia de la entidad ecologista, desde el Ayuntamiento se pusieron a indagar de quién era la propiedad. Una pregunta que no obtuvo respuesta, y que a día de hoy se sigue sin resolver.

La burocracia hizo que el proceso se ralentizara (fueron necesarias dos publicaciones en el BOE), y no fue hasta ocho meses después cuando se pudo comenzar con la primera limpieza superficial. Un trabajo que requirió de mucha paciencia y esfuerzo, ya que los operarios tuvieron que recoger los residuos con las manos porque introducir maquinaria en ese terreno podría ser peligroso. Ahora, el solar luce una capa de arena a la espera de que se apruebe el plan de restauración.

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