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Terraferida alerta del impacto de una nueva urbanización en Santa Maria

El gobierno municipal defiende que la reforma urbanística que afecta a las zonas conocidas como ‘es vial’ y la que va de ‘sa Voltadora’ al núcleo urbano permitirá reducir la edificabilidad, salvaguardando los derechos de los propietarios

Solar de ‘sa Voltadora’ en la localidad de Santa Maria. |

El ayuntamiento de Santa Maria promueve unas reformas de unidades de actuación que reducen la edificabilidad que ya se permitía en dos zonas de la localidad: una es la que va de Son Dolç a sa Vileta (lo que se conoce como ‘es vial’) y la otra, la comprendida entre ‘sa Voltadora’ y Can Andria.

El gobierno municipal destaca que se limitan así las posibilidades de edificación en el pueblo, pero esa reducción es considerada insuficiente por la plataforma conservacionista Terraferida, que ayer reclamó al Consistorio un esfuerzo para desclasificar esas áreas, ya que, en su opinión, pese a la rebaja de la edificabilidad, si se construyera allí habría un incremento poblacional de hasta 1.000 nuevos habitantes.

En respuesta a estas objeciones sobre futuros crecimientos poblacionales, el alcalde Nicolau Canyelles (Més per Santa Maria) declaró ayer a este diario que esta modificación prevé una reducción de un 70% en la edificabilidad que hasta la fecha contemplan las actuales normas subsidiarias. El consistorio de Santa Maria, expuso, tenía tres opciones en la tesitura actual.

En un 70 por ciento

Por un lado, podía dejarlas como estaban en la actualidad con «la totalidad edificable». La segunda opción era declarar toda la zona rústica perjudicando a los propietarios de pequeños solares, señalaron desde el Consistorio. La tercera posibilidad consistía en reducir la posibilidad de edificar, como finalmente ha sido la opción elegida por el gobierno municipal. Estaba previsto que estas modificaciones urbanísticas se ratificasen en un pleno extraordinario que debía celebrarse anoche. En declaraciones a este diario, el portavoz local del PP, Andreu Jaume, señaló que no se opondría frontalmente a esta decisión municipal.

La visión que trasladó Terraferida en un comunicado de prensa fue opuesta a la interpretación del equipo de gobierno. «Se trata de los mayores proyectos urbanísticos hasta la fecha en el núcleo de Santa Maria, y son los que tendrán un mayor impacto sobre la fisonomía, las dimensiones y la vida del pueblo», sostuvo este colectivo. Terraferida reconoce que la nueva propuesta que ha salido del Ayuntamiento «es menos impactante que la inicial», pero avisa de que, aun así, supondrá un crecimiento de «más de 1.000 nuevos habitantes, cuando Santa Maria tiene actualmente cerca de 7.500, 6.000 de los cuales en el núcleo urbano».

Las consecuencias de este incremento poblacional se harían sentir sobremanera en la localidad, avisó esta plataforma, que mencionó que implicaría una mayor «demanda de agua, energía, plazas escolares, atención sanitaria, generando nuevas fuentes de residuos, movilidad y gases de efecto invernadero».

Después de exponer todos estos argumentos, Terraferida instó nuevamente al Ayuntamiento y al Consell de Mallorca a que no faciliten la urbanización de estos terrenos y a que realicen los trámites pertinentes para que pasen a ser rústicos.

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