El ayuntamiento de Llucmajor informó ayer que el Servei de Salut de les Illes Balears (IB-Salut) «ha exigido» al Consistorio que asuma el derribo del edificio ubicado en el solar donde está prevista la construcción del futuro centro de salud antes de seguir adelante con el proyecto. Una exigencia que no sentó nada bien al equipo de gobierno llucmajorer, que asegura que el Govern informó sobre esta exigencia «por primera vez» durante el transcurso de una reunión mantenida ayer entre los responsables municipales y diferentes cargos de la conselleria de Salud.

Según la institución municipal, los cargos del IB-Salut han reconocido que el hecho de que no se hubiera informado antes de la necesidad de que el municipio se haga cargo del coste del derribo es un «error interno» que «debería haberse comunicado antes al Ayuntamiento».

El alcalde de Llucmajor, Eric Jareño, aseguró al respecto que «este malentendido nos saldrá caro y provocará que todavía debamos esperar más tiempo para ceder el solar y contar finalmente con un centro de salud». Jareño añadió que «en ningún momento se nos informó de este hecho», porque en caso contrario «se hubiera plasmado en el pliego de condiciones, tal y como se hizo en su momento con todos los requisitos que pedía el IB-Salut». El alcalde apunta que si el Ayuntamiento lo hubiera sabido antes «evidentemente se habría incluido» en el pliego.