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Las ‘fires’ otoñales recobran el pulso

La ‘Ruta de la llampuga’ de Cala Rajada ha tenido tal éxito que los restauradores desean que el nuevo formato haya llegado para quedarse. En Pollença, las 34 bodegas participantes en la ‘Fira del Vi’ dejan claro que la isla presume de buen caldo

Entrevista a Carmen Corraliza

Entrevista a Carmen Corraliza

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Entrevista a Carmen Corraliza Rosa Ferriol

Feria y gastronomía forman un tándem perfecto. Así ha quedado patente en Cala Rajada y Pollença donde la Ruta de la Llampuga y la Fira del Vi han cautivado este fin de semana a numerosos visitantes dejando claro que las muestras otoñales van recobrando el pulso. En Pollença, 34 bodegas han regado de buen caldo a los amantes del vino en la XVIII edición de una muestra que ha regresado [tras el parón obligado por la pandemia] con un cambio de escenario. Así del Claustre de Sant Domingo se ha trasladado a Can Conill, un espacio más amplio. La muestra también ha servido para crear nexos entre los viticultores y, sobre todo, mostrar al público la sensibilidad de este producto. Así lo explica Jaume Colom de Son Bordils: «Es una cita para tener un feedback con la gente. Estás en contacto con el consumidor final y ello te permite explicar cómo son tus vinos. Es importante que el público mallorquín sepa que Mallorca presume de buenos vinos». «Es un escaparate para darnos a conocer», remarca Margarita Tauler de la bodega murera Butxet, mientras que Rosa Fullana de Es Verger destaca la importancia de recuperar citas como la Fira del Vi porque la promoción es clave. «Es muy interesante poder ofrecer al público la variedad de vinos en un mismo sitio», añade mientras sirve su tinto a uno de los visitantes.

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Domingo de vino y llampuga Biel Capó /R.F.

Todo un éxito ha sido también la Ruta de la Llampuga que Capdepera y Cala Rajada ha celebrado este domingo. Y es que las buenas sensaciones que los restauradores gabellins han tenido con esta opción más adaptada a los tiempos de pandemia y que ha sustituido a la Fira de la Llampuga hacen pensar que la ruta ha venido para quedarse, algo que no descartan desde el Ayuntamiento, partidario de recuperar la tradicional muestra pero encontrando un espacio para el formato de las rutas de tapas que ha dejado los bares y restaurantes llenos de comensales no solo de Cala Rajada, también de Capdepera.

Además, Llucmajor ha seguido inmerso en sus ferias otoñales mientras que Lluc ha servido de escenario para la Fira de la Serra de Tramuntana.

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