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«En Sant Llorenç hemos logrado un equilibrio sano desde el punto de vista político»

Lleva 26 años con la vara de mando que en noviembre cederá a Pep Jaume, a quien aconseja «usar el consenso como estrategia»

Mateu Puigròs: «En Sant Llorenç hemos logrado un equilibrio sano desde el punto de vista político»

Mateu Puigròs: «En Sant Llorenç hemos logrado un equilibrio sano desde el punto de vista político» Biel Capó

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Mateu Puigròs: «En Sant Llorenç hemos logrado un equilibrio sano desde el punto de vista político» Rosa Ferriol

Mateu Puigròs es todo un ejemplo de veteranía política. Es alcalde desde 1995. Suma 26 años al frente del ayuntamiento de Sant Llorenç en el que ya estaba como concejal desde las segundas elecciones democráticas, después del franquismo, en 1982. Todos estos años ha ostentado la vara representando al Grup Independent de Son Carrió (GISCa). Una de las curiosidades que nos deja este político llorencí es que nunca ha obtenido la mayoría absoluta. «Gracias a Dios que no la sacamos», confiesa. Y es que aunque no sea necesario, su forma de gobernar se ha caracterizado por el consenso político y por integrar a las formaciones con las que tiene más sintonía política [el PP que se queda en la oposición] en el equipo de gobierno. Es decir, utiliza el consenso como «estrategia democrática en la gestión del Ayuntamiento». El próximo 20 de noviembre, más de un cuarto de siglo después, cederá la vara de mando a su socio socialista, Pep Jaume.

La historia se repite. En las primeras elecciones democráticas, los votos de los dos regidores de GISCa sirvieron para nombrar un alcalde socialista. En noviembre, Sant Llorenç tendrá nuevo alcalde socialista.

Empezamos con el Grupo Independiente de Son Carrió en las primeras elecciones democráticas. Sumamos dos regidores. Fue una legislatura tensa. La primera legislatura democrática. Aportamos nuestros dos votos para nombrar un alcalde socialista. En aquellos momentos pareció algo atrevido pero creemos que la primera legislatura sirvió para hacer un cambio radical y sentar las bases de actuaciones que se han hecho durante los años posteriores. En 1995, ya sumamos más regidores y fui alcalde. Fue un año crítico porque hubo cinco ahogamientos en la playa de sa Coma. Había tomado posesión del cargo a finales de junio y ocurrió a finales de julio. Fue una experiencia dramática. Posteriormente hemos llegado a sumar seis regidores pero hemos llevado a cabo una línea coherente. Nunca hemos sacado mayoría absoluta. Estuvimos a punto pero gracias a Dios que no la sacamos porque hemos conseguido en estas últimas legislaturas que haya un consenso político en todo el Ayuntamiento a excepción del PP. Aunque a veces no se haya entendido mucho, hemos intentando involucrar a todos aquellos partidos que tienen representación municipal tanto si tienen dos como tres o cuatro regidores. La experiencia ha sido positiva.

Este noviembre, 26 años después, cede la vara de mando. ¿Qué consejo da a su sucesor?

No soy nadie para dar consejos pero el único que le podría dar es que al menos siguiera respetando la mayoría cualificada y consensuada para la gestión del Ayuntamiento. Es decir, utilizar el consenso como una estrategia democrática en la gestión del Consistorio.

¿De qué proyectos se siente más satisfecho?

Hay proyectos que tienen una trascendencia mucho más grande que otros. Por ejemplo, arreglar una calle como la de Cristòfol Colom de Cala Millor que este invierno empezará un proyecto para modernizar esta calle comercial que requiere ponerse al día pero hay proyectos que tienen una mayor trascendencia desde el punto de vista social. Del proyecto que me siento más satisfecho es del Auditori de sa Màniga, que es el que hace más tiempo. Se hizo hace más de 20 años. Más recientes, destacaría el centro cultural Espai 36 y el centro de día de Sant Llorenç y Son Carrió. Son los que tienen más transcendencia para el futuro.

Llega el 9 de octubre y son muchos los sentimientos que remueve esta fecha. ¿Sant Llorenç prefiere pasar de largo un día como este?

Sí. Tanto el equipo de gobierno como la gente del pueblo en general consideramos que es un tema demasiado recurrente. No lo debemos olvidar pero consideramos que no es necesario que haya esta afluencia mediática cada año. Es una desgracia pero en lo que sí debemos poner el foco y dar importancia es en lo que hace falta hacer como las actuaciones que debe ejecutar el Consell de Mallorca en seis puntos críticos, muy críticos, entre ellos la variante de Sant Llorenç. Lo que más me duele de terminar el mandato como alcalde es no haber conseguido que ninguno de estos proyectos se haya ejecutado. La implicación del Ayuntamiento ha sido al 100%, por ello, redactamos a nivel básico toda la topografía de estos sitios para que la administración a correspondiente tuviera suficiente información técnica para redactar el proyecto de una manera mucho más rápida. El que parece estar más avanzado es el de la variante pero el Consell aún no lo ha aprobado. Recursos Hídricos y Consell están discutiendo cuestiones técnicas que pensamos que tres años son suficientes para resolver.

¿Ya se sabe dónde se destinarán estos 20.000.000 euros del Govern para mejorar las infraestructuras hidráulicas?

Es una información periodística pero imagino que se refiere a los proyectos que están encima de la mesa y alguno más porque los que presentamos en total suman nueve millones de euros, no 20 pero está bien que pongan esta cantidad en los presupuestos del año que viene. Me imagino que servirían para aumentar la capacidad hidráulica del torrente que pasa por Sant Llorenç, Son Carrió y desemboca en s’Illot. Esperemos que sea así. No tenemos confirmación oficial de que sea así.

Durante estos años son diversos los estudios impulsados, muchos de ellos por parte del Ayuntamiento. En total, hay 55 zonas conflictivas, 42 son de competencia municipal y doce del Consell. ¿Podemos decir que Sant Llorenç ha hecho los deberes porque de los 42 ya tiene ejecutados 30 y dos están listos para empezar en las próximas semanas?

Dos están en tramitación, son actuaciones en fora vila, son actuaciones que no están incluidas en el catálogo de Recursos Hídricos pero sí necesitamos el visto bueno para que se puedan ejecutar. El resto son las actuaciones que técnicamente resolvían los puntos críticos, la mayoría eran en fora vila. Debemos recordar que la mayoría de las víctimas mortales fueron en fora vila. La señalización se ha puesto y hemos hecho actuaciones en los puntos críticos para evitar que en una situación parecida a la vivida hace tres años no vuelva a pasar lo que ocurrió. Las barreras que la gente no sabe para qué sirven, por ejemplo, son para evitar que los coches caigan en las zonas inundadas. Yo creo que el Ayuntamiento ha hecho los deberes. Tal vez nos haya fallado tener la fuerza suficiente para dar la vuelta al tema del Consell de Mallorca de estos proyectos que no son competencia municipal pero que son los puntos más críticos de estos 55 que determinaba el estudio de la UIB.

Una de las líneas de trabajo es la modificación de las normas subsidiarias para establecer una nueva remodelación territorial de la estructura del pueblo...

La normativa está en tramitación, se hizo una aprobación inicial. Ahora haremos otra para las alegaciones. De todas maneras, esta modificación tiene vigencia y cualquier licencia de obras se debe someter a las dos normativas, la antigua de 1995 y a esta nueva que, aunque no está aprobada definitivamente, actúa como si fuera una medida cautelar para que no se puedan hacer impedimentos para pasar el agua que luego sean irreversibles. Es decir, que lo que se pueda hacer vaya en consonancia con la nueva norma que está en tramitación. Por eso, el Ayuntamiento adelantándose en el tiempo, ha adquirido muchas parcelas urbanas para evitar tener que esperar el proceso que es largo porque la aprobación definitiva de esta normativa la hace el Consell y avanzarnos de mutuo acuerdo con los propietarios para ir adquiriendo estas parcelas. Son prácticamente 29.000 metros cuadrados y queda muy poca cosa por comprar. Son las zonas en las que los propietarios se han resistido a llegar un acuerdo con el Consistorio antes de que se proceda a la expropiación. A excepción de una, ha habido un aspecto generoso por parte de los propietarios. Son actuaciones que se debían hacer. Era vital hacerlas pronto porque las cosas con el tiempo se van olvidando. Tal vez hubiera sido más difícil llegar a acuerdos con los propietarios dentro de cinco años y no ahora que aún estaba viva la sensación e impresión que tuvo 9 octubre de 2018 en Sant Llorenç.

¿Se puede decir que tres años después Sant Llorenç está más preparado?

Que está más preparado, sí, pero quedan los puntos claves para solventar que son los puentes del torrente y la variante. Ahora es verdad que tenemos un plan de contingencia que activamos siempre que las condiciones meteorológicas nos lo aconsejan. Tal vez somos un poco exagerados pero lo hacemos de forma intencionada. El plan de contingencia básicamente lo que dice es que cuando se activa, todos aquellos vehículos que se encuentra en un punto que se puede inundar, deben desaparecer de dicha zona de forma inmediata para evitar riesgos. Además, la gente debe procurar no salir y estar pendiente de lo que ocurre. Debe haber la mínima movilidad posible cuando se activa el plan. La gente lo tiene integrado. Lo entiende.

En este tercer aniversario de la ‘torrentada’, afronta sus últimas semanas al frente del Ayuntamiento como alcalde. ¿Qué ha sido lo peor y lo mejor que ha vivido?

Cuando se ahogaron los cinco turistas en sa Coma, pero lo peor ha sido la torrentada. Debemos sacarle un aspecto positivo que son los voluntarios y la cantidad de gente que colaboró económicamente, ello mitiga un poco lo que ocurrió. Desgraciadamente deben pasar cosas como estas para ver el aspecto humano y generoso de la gente. Lo mejor ha sido conseguir que hubiera un consenso importante entre los diferentes núcleos de población de Sant Llorenç que no es sencillo pero durante estos años hemos logrado un equilibrio sano desde el punto de vista político. Hemos evitado la tensión, los líos y las confrontaciones. Es lo más positivo.

Gestionar una pandemia tampoco ha sido fácil. ¿El municipalismo ha salido reforzado?

Creo que sí. En esta situación también dramática, cabe remarcar la coordinación por parte de la Felib y la información que se ha dado a los ayuntamientos. La experiencia, pese a lo terrible de la pandemia, ha sido positiva en el sentido que ha reforzado la institución municipal.

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