Tras un año de paréntesis obligado por la situación sanitaria, el Dijous Bo regresará el próximo 18 de noviembre a Inca con una versión más reducida con respecto a la etapa prepandémica pero con muchos de los atractivos comerciales que sitúan a la feria inquera como la más importante del otoño mallorquín.
El ayuntamiento de la ciudad del Raiguer anunció ayer a través de las redes sociales que «empieza la cuenta atrás para las ferias y el Dijous Bo, que este año se adaptarán a la nueva normalidad». La intención del Consistorio es la de organizar una feria de transición que empiece a parecerse a los eventos previos a la pandemia, aunque asume que no será hasta el próximo año 2022 cuando el Dijous Bo recupere todo su esplendor tradicional, siempre teniendo en cuenta la situación sanitaria.
Toni Peña, regidor de Participación Ciudadana y Ferias del consistorio inquer, explica que las ferias prepandémicas «todavía nos quedan un poco lejos», pero añade que «se intenta organizar una feria lo más normal posible» en la que el circuito ferial esté «más esponjado» con el objetivo de evitar grandes aglomeraciones en un punto concreto. De esta forma, el recinto ferial podría ganar más espacio para que las paradas comerciales estén más alejadas unas de otras.
Para evitar las grandes concentraciones de visitantes, el Ayuntamiento deberá «invertir un poco más en seguridad». En principio, está previsto contratar seguridad privada para que controle estos aspectos. También se habilitarán diferentes corredores en el recinto ferial para dirigir a los visitantes.
El Consistorio ha empezado a recibir una avalancha de solicitudes por parte de vendedores interesados en tener un espacio en el recinto ferial. «Una vez recibidas todas las solicitudes estudiaremos la manera de distribuir los espacios», apunta Peña. El mercat pagès regresará a un programa ferial que no contará con grandes novedades para evitar el efecto llamada. Todos los conciertos y actividades con público se celebrarán en grandes espacios abiertos como el cuartel General Luque o la plaza de toros.
Por otra parte, el Dimecres Bo será muy diferente a las revetlles prepandémicas, ya que actualmente está prohibida la instalación de barras en el exterior de los locales. El Ayuntamiento vigilará para que no se produzcan grandes aglomeraciones espontáneas de jóvenes.
Antes del Dijous Bo se celebrarán las tres ferias previas en las que ya se pondrán en práctica algunas de las medidas que posteriormente se aplicarán en la fira de fires. Las tres ferias serán los días 24 y 31 de octubre y 7 de noviembre.
‘Fires’ Se va recuperando la «normalidad»
Llucmajor ha celebrado este fin de semana sus dos primeras fires de otoño y su responsable, Noemí Getino, ha celebrado la gran «responsabilidad individual» de los visitantes que han acudido con mascarilla y no se han olvidado de la higiene de manos. Se puede decir que las fires de la Part Forana van retomando la «normalidad». Eso sí, los expositores están «más esponjados» y el uso de las mascarillas y del gel es la «nueva normalidad» que quedará durante un tiempo. La regidora pone de manifiesto el éxito de la primera Fira de la Mobilitat sostenible y de la segunda edición de Frikijor. «La gente tenía ganas de celebrar las ferias», admite sin esconder la repercusión positiva que ha tenido en la restauración. Para este fin de semana celebrarán la fira de oportunidades y la de artesanía, no faltará el encuentro de Gegants, que en esta ocasión también se ha adaptado a las circunstancias.
Información juvenil | El Casal de Joves sa Fàbrica sale a la calle
Los últimos jueves de cada mes, entre las 17:30 y las 19:30 horas, el Casal de Joves sa Fàbrica de Inca instalará una parada informativa en diferentes espacios de la ciudad para impulsar la comunicación y la proximidad con los jóvenes. Se trata de una iniciativa incluida en el proyecto ‘Consulta jove’ que se desarrolla desde hace años.
