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El ayuntamiento de Manacor pide al juez poder entrar a la piscina y evitar posibles actos vandálicos

La infraestructura lleva medio año cerrada después de que la concesionaria renunciara a su gestión y se abriera un concurso de acreedores

El ayuntamiento de Manacor pide al juez poder entrar a la piscina y evitar posibles actos vandálicos

El ayuntamiento de Manacor ha pedido a la autoridad judicial que está llevando el concurso de acreedores derivado de la renuncia de la concesionaria Esquitxos de Blavor SL a la explotación de la piscina municipal, poder entrar y revisar cómo se está llevando a cabo el mantenimiento de la instalación, una vez cerrada indefinidamente el pasado mes de marzo. “Queremos evitar problemas de seguridad y posibles actos de vandalismo”, señala el alcalde Miquel Oliver.

Y es que medio año después de la presentación del concurso de acreedores y de que el caso pasara a ser gestionado por un administrador concursal, pocas han sido las noticias que ha tenido el consistorio sobre el proceso. “Estamos igual que ustedes. Yo no tengo una bola mágica para conocer qué pasará y cuándo podremos volver a gestionar la piscina municipal ni, por tanto qué haremos exactamente con ella”, replicaba este lunes noche Oliver a la portavoz del Partido Popular, Maria Antònia Sansó.

Sansó y el grupo local del PP hace tiempo que vienen interpelando al equipo de gobierno para que concrete una previsión de lo que desea hacer con la pileta: “El pueblo reclama una instalación, hay demanda entre la ciudadanía y deberían tener un plan o un pliego de condiciones para cuando volvamos a tener la responsabilidad una vez finiquitado el concurso”. El PP teme que el equipo de gobierno formado por Més-Esquerra, PSOE y Podemos decida concluir con el uso deportivo de la piscina, y opte por otro más social o cultural.

Un tema que está también sobre la mesa técnica del departamento jurídico municipal: “Lo ven francamente complicado. Se debería razonar muy bien para que técnica y económicamente la piscina pudiera seguir con el modelo que tenía, como si fuera un polideportivo”, expone Oliver, “por eso también cabe plantear un cambio de servicio o de modelo, pero decidido entre todos. Porque aunque sea cierto que a mi también me paren por la calle para preguntarme cuándo reabrirá la piscina, después no saben contestarme a la pregunta de qué modelo queremos”.

Entre las opciones (aparte de la de volver a ofrecerla en concesión a un empresa privada, de momento improbable) está la de alquilar la instalación por meses o por años, la de transformarla en una piscina “para refrescarse y para que los niños jueguen pasando un rato agradable, aunque sin clases de natación como pasa en otras piscinas como la de Montuïri”. O la de virar de rumbo y que la infraestructura pase a tener usos más recreativos fuera del deportivo, lo que pasaría por cubrir la superficie de las dos piscinas (una para niños y otra de 25 metros de longitud para adultos) y aprovechar las gradas para actos culturales o musicales. Algo no tan descabellado teniendo en cuenta que la piscina se encuentra dentro del parque municipal donde además está el teatro municipal y el cuartel de la Policía Local.

El Juzgado Mercantil número 3 de Palma notificó el pasado 30 de marzo al ayuntamiento de Manacor (como propietario) la clausura de las instalaciones de la piscina municipal, después de que la empresa concesionaria, Esquitxos de Blavor S.L., se declaró en concurso de acreedores a principios del mismo mes. El Juzgado también notificó al consistorio el cese de la actividad por parte de la empresa, que gestionaba la piscina municipal de Manacor desde el 1997 (y a la que le quedaban seis años por cumplir).

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