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Las calles del polígono agroalimentario de Manacor siguen sin nombres

Hay empresas que hace 25 años que están radicadas en la zona y todavía tienen que indicar una dirección alternativa en la carretera de Felanitx, lo que motiva las quejas de algunos empresarios

Las calles del polígono agroalimentario siguen sin nombre, lo que suscita las quejas de algunos empresarios. S.S.

El polígono agroalimentario de Manacor no ha sido nunca una prioridad para ningún equipo de gobierno municipal. O eso ha parecido desde que en 1996 tres empresas del sector se vieron ‘obligadas’ a salir del pueblo, con la promesa de que en la zona se habilitaría un espacio comercial digno y regulado. Ahora, 25 años más tarde y con el polígono recepcionado desde diciembre de 2018, todavía nadie ha decidido qué nombres deben llevar las cuatro calles que lo conforman.

Desde el Ayuntamiento, el responsable de Cultura y de la llamada comisión nomenclátor para sustituir o nombrar la toponimia de las calles, Mateu Marcé, dice que es una cuestión «que no me consta que se haya tratado nunca... sería el momento de proponerlo». Una sorpresa también secundada por el alcalde Miquel Oliver: «Es verdad que todavía no se ha buscado ningún nombre, aunque se debe tener cuidado en no ofender sensibilidades, porque puede haber nombres o personas a las que no les gustaría estar en un polígono».

Un proyecto largo y complicado

Si nos remontamos años atrás, sabemos que durante el pleno municipal de septiembre de 2000 ya se acordó la construcción efectiva de un polígono agroalimentario como uno de los objetivos del equipo de gobierno de PSM, AIPC y ALM durante la legislatura. En aquel tiempo, el alcalde de Manacor, Miquel Riera; la delegada municipal de Agricultura, Concepción Gil, y el delegado de Hacienda, Antoni Sansó, se trasladaron a la conselleria de Economía, Comercio e Industria para conocer la pasos a realizar con el fin de conseguir subvenciones de la Unión Europea que facilitaran poder ejecutar el proyecto.

Riera manifestaba, hace 21 años, que «la iniciativa del equipo de gobierno tiene como objetivo agrupar todas las empresas dedicadas al sector alimentario del municipio en el polígono». La intención del pacto municipal era construir una especie de Mercapalma pero en Manacor, donde los mayoristas puedan disponer de un lugar adecuado para cargar y descargar mercancías. De este modo, «conseguiremos también que los mayoristas desalojen la plaza de ses Verdures, donde actualmente ocupan un espacio muy importante que podría ser ocupado por los pequeños comerciantes».

De hecho y para ello, en la misma sesión plenaria se aprobó también la modificación puntual de las Normas Subsidiarias para convertir la zona rústica donde estaban las tres empresas originarias en una zona industrial. «Una vez aprobada la modificación del planeamiento, se trabajará en el plan parcial para llevar a cabo el proyecto que beneficie tanto a Manacor como a toda la comarca», añadía Riera.

Las tres empresas iniciales tuvieron que contar con una licencia provisional hasta el año 2016. Dos décadas sin dotación efectiva de servicios que ahora todavía se ve dificultada por algo tan sencillo como poner nombres a las calles. Algunos de los empresarios del polígono se quejan de que tienen que utilizar la dirección de la carretera de Felanitx, ya que no les queda otro remedio, lo que dificulta que los clientes puedan localizar más fácilmente la marca.

Actualmente el polígono agroalimentario, situado a la entrada de la ciudad desde Felanitx, consta de 21.370 metros cuadrados y un total de 15 solares, la mayoría de ellos todavía libres.

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