Arreglar los problemas de 'cas veïnat', por Rosa Ferriol
Seguiré los pasos de mi alcalde de Manacor y haré uso de las redes para abrir hilo y, en mi caso, tantear nuevo aliado. Si no me pides disculpas por dejarme tirada, así en público, Joan, te pido el divorcio. Uno más, tampoco te afectará. Puede que ir flor en flor sea lo tuyo pero ya te digo yo que estas nuevas flores no te inspiran. Y por la cuenta que me trae y te trae, o espabilas o a rey muerto, rey puesto. Y sabes que no me va a temblar la mano para bajarte del pedestal. ¿Que luego te coronaré un minuto después? Lo sé pero s’esclat te l’hauràs pegat. Me pediste no airear nuestros secretos pero me paso tus súplicas por mi ‘coñocracia’. No te quejarás. Debes estar orgulloso. Soy la mejor pupila que has tenido, la nueva Rosa Ferriol by Joan Mora [así escrito suena a marca de ropa] y sé perfectamente, perla, que volverás. Dicho esto, por muy tentador que sea presumir del corresponsal más sexy y coqueto [su armario atesora 150 prendas para no repetir modelito], me quedo en Manacor pese a que ahora el alcalde esté enfadado, ojo y con motivo, porque vaya cara dura que tienen los de Costas. ¿Las ayudas del Gloria? Aún las busco en el BOE. Así que sigo buscando porque no me pagan por arreglar los problemas de cas veïnat como ha tenido que hacer Oliver.
Como una rima cualquiera de pimpinela, por Joan Mora
Al parecer las vacaciones no te han sentado nada bien. Tras el escarnio público al que me has sometido con tu indolente ‘coñocracia’, a uno no le queda otra que agachar la cabeza y tragar carros y carretas como ha tenido que hacer el alcalde de Manacor que se ha quedado a dos velas esperando las ayudas de Costas. Explicaré al dignísimo público que el enfado de Rosa con un servidor se debe a que descubrió por redes sociales que no es mi única flor, que ha de compartirme con otras musas cuyo nombre obviaré para no llenarme más de estiércol. Pero, ¿qué culpa tengo yo? Ella dice que me gusta ir de flor en flor y que siente como los cachos se hacen un hueco en su frente. Para mí su arrebato pasional no es más que una rima de cualquier canción de Pimpinela, que tras la pelea siempre acaba por llegar la paz. La música me llena la cabeza y como dice la canción «No me culpes a mí. Soy solo una marioneta sin control de sus sentidos». Y te diré más: «Sabes bien que lo nuestro no puede ser, que esto no es más que una fantasía, espero que lo puedas entender», como dice la bachata de Prince Royce. Espero, querida Rosa, que como el alcalde de Manacor con sus no ayudas del temporal Gloria, sepas perdonarme. No me eches como un perro sin valor.
