Diario de Mallorca

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Fent i desfent | Campaña contra el turismo de excesos

Sin borrachos nos quedaremos solitos, por Joan Mora

He de reconocer públicamente que desde la pandemia me he convertido en un borrachuzo dominical. Pero admito que mis pequeñas cogorzas son en casa y por suerte tengo el sofá muy cerca. A ver, que todos hemos sido jóvenes y casi todos hemos hecho algún viaje en el que el desenfreno ha sido motivo para alejarnos de nuestros padres unos cuantos días. No seré políticamente correcto, Rosa, pero aquí todos vivimos del turismo. Mallorca no es anillo industrial de nada y la agricultura está como está. El turismo es nuestra fuente de vida y el de borrachera, nos guste o no, también nos ayuda a llenarnos el bolsillo. Si a Mallorca le quitamos los borrachuzos británicos la isla se quedará un poco sola aunque las facturas las tendremos que seguir pagando a final de mes. Y no perdonan. Tampoco todos somos funcionarios con paga segura. Es de ilusos pensar que aquí solo se puede venir a contemplar el paisaje o a disfrutar de las playas. Me resisto a pensar que no pueda haber un lugar para que nos podamos evadir de los problemas sin que los que somos de aquí nos tengamos que rasgar las vestiduras. Por desgracia no todo pueden ser hoteles de lujo ni glamour. Ahh, y quien esté libre de pecado que tire la primera piedra!

Turismo de borrachera, no gracias, no queremos, por Rosa Ferriol

«Stick with your mates» reza la campaña contra el turismo de borrachera pero al «quédate con tus amigos» le añadiría la coletilla «en tu casa» con un «gracias» para que no digan que somos maleducados. El turismo de borrachera no es bienvenido en Mallorca. Queda mal decirlo tan claro, Joan, pero así lo pienso después de ver como los viajes de estudios han mermado la imagen de Mallorca como destino turístico seguro. Es necesario que de una vez por todas quede claro que aquí lo verdaderamente importante es la calidad y no la cantidad. Olvídense de millonarias cifras de turistas, más vale menos visitantes y que los que nos visiten hagan mover la economía, que gasten en oferta complementaria y no en botellas de alcohol. Es decir, que realmente vengan para visitar la isla que tenemos auténticos tesoros, muchos de ellos por descubrir, y no solo botellón. Por segunda vez, me remito a las acertadas palabras de la presidenta Francina Armengol, desde ahora, presi: si uno viene a las islas a comportarse incívicamente, mejor que se quede en su casa. Pues eso, turismo de borrachera, no gracias.

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