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Guerra entre el alquiler vacacional y la construcción

Vecinos de Portocolom aseguran estar «desesperados» ante la avalancha de reservas canceladas por las molestias que ocasionan las obras y amenazan con protestas si el conflicto no se solventa

Imagen de una obra ejecutada en la zona de sa Capella, en Portocolom.

La polémica está servida en Portocolom. Concretamente en la zona de sa Capella. Mientras el negocio del alquiler vacacional comienza a despegar, casi una veintena de obras siguen su curso. Dos actividades -según denuncian los propietarios de las viviendas vacacionales- «incompatibles» que están originando un conflicto entre los vecinos, ya que ambas partes cuentan con licencia para desarrollar su actividad. Por ello, reclaman al ayuntamiento de Felanitx una ordenanza de ruidos que ponga límites a la construcción, a fin de poder «convivir» ambos sectores. Y en caso de no actuar «pronto», amenazan con protestas, ya que no se pueden permitir «perder otra temporada turística».

«Necesito estos ingresos. Vivo de ello». Son palabras de Tòfol Arbona, quien dispone de una licencia de alquiler vacacional en Portocolom. Según cuenta, el pasado año la temporada turística fue «ruinosa», por lo que todas las expectativas estaban puestas en este año. Pintaba bien -dice-, hasta que recibió la llamada de unos clientes de que se iban de la vivienda porque el ruido de las obras era «insoportable» (solo en su calle hay cinco). «Tuve que devolverles el dinero», señala Arbona, al tiempo que indica que es la tercera vez este mes que le ocurre.

La avalancha de cancelaciones de reservas se está extendiendo por toda sa Capella. Los residentes que cuentan con estas licencias de alquiler vacacional aseguran estar «desesperados» al ver que perderán otra temporada. «Nos sentimos indefensos», asevera Arbona, que explica que no hay marco legal que ampare su actividad. En palabras de este residente del Port, para disponer de una licencia de este tipo debes cumplir una serie de requisitos, además de pagar «un dineral», pero no existe ninguna normativa que te proteja para que puedas desarrollar tu actividad sin problemas.

Por ello, reclaman al consistorio de Felanitx que tome cartas en el asunto. Y una solución -afirman- pasaría por poner en marcha una ordenanza de ruidos como la que tiene el ayuntamiento de Santanyí, por ejemplo. «No paralizas las obras pero sí limitas las horas en las que pueden hacer ruido», remarca Arbona, que añade que la vigente «no sirve para nada» (se puede hacer ruido de las 8 hasta las 20 horas de lunes a sábado).

Según defiende, el sector de la construcción ha podido trabajar durante toda la pandemia, e incluso puede seguir haciéndolo durante el invierno, por lo que ahora es el turno de otros sectores como el turístico. «Nosotros solo podemos trabajar cuatro meses [de junio a septiembre] mientras que ellos tienen el resto del año», destaca Arbona, que incide en que este conflicto debe solventarse lo antes posible porque está afectando a las relaciones vecinales. Y es que el ruido, según sostienen, no solo «desespera» a los visitantes sino también a los propios residentes, que ocupan sus viviendas del Port en los meses de verano para descansar.

En busca de una solución

Ante las quejas vecinales, el alcalde felanitxer, Jaume Monserrat, asegura que los servicios jurídicos del departamento de Urbanismo ya están trabajando en una solución para poder compaginar ambas actividades.

Cabe destacar que el aumento de solicitudes de licencia de obra se explica con las medidas puestas en marcha por parte del Consistorio para paliar los efectos derivados de la crisis sanitaria. El Ayuntamiento, con el objetivo de reactivar la economía, aplicó un descuento en el impuesto de construcciones, lo que hizo que se incrementaran notablemente las demandas de estas licencias.

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