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Lletra menuda | Los flecos de una solución parcial

Aún en tránsito hacia el cambio de propiedad, Majorica ha vuelto a la actividad. Es todo un logro, un alivio y una producción con apariencia de normalidad que sin embargo guarda tras de sí los importantes flecos de la solución menos mala y más viable que se ha dado a la empresa. Queda pendiente la vital cuestión de encaminar el futuro, o por lo menos no dejar a la intemperie el futuro de los despedidos.

Majorica es lo que es y sobre todo lo que ha sido, también por la dedicación de quienes han gastado el grueso de su vida laboral en la empresa insignia de Manacor. Ahora, tras una venta que el juez ha pulido todo lo posible y que deja buena imagen ante la opinión pública, 57 de estos trabajadores en Mallorca y otros 51 entre oficinas y tiendas de la península, se enfrentan al despido. Temen quedar en la cuneta y que la generosidad que se atribuye a Majolaperla al comprar Majorica diluya las promesas recibidas con la transferencia de propiedad. Por eso intentan organizarse y reclaman la supervisión de la dirección general de Trabajo y del SOIB. Son los grandes perjudicados y los portadores de una experiencia que no invita al optimismo. Intuyen que a la hora de asignar los despidos pueden haber primado intereses en vez de objetivos y consideran inaceptable limitar la indemnización a veinte días por año trabajado hasta un máximo de doce. Son los importantes flecos de una salida para Majorica dada por viable en su conjunto, pero que deja considerables agravios particulares y eso, se quiera o no, aparte del problema de cada uno, también quita brillo al acuerdo y a la marca perlera. La petición de una bolsa de trabajo preferente con los despedidos y la reincorporación antes de cualquier subcontrata, no es una petición descabellada. 

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