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La pandemia paraliza la apertura de un hotel de lujo en un edificio neogótico de Sineu

Matthias Kühn, su anterior propietario, reformó el palacete pero no llegó a abrirlo

El casal de Ca don Enric, en el centro de la imagen. A la derecha, el edificio del teleclub. J. FRAU

La pandemia sanitaria ha paralizado el proceso de apertura de un nuevo establecimiento hotelero de lujo en la localidad de Sineu que una empresa inversora con sede en Madrid quiere ubicar en el conocido casal de Ca don Enric, un edificio señorial de arquitectura neogoticista construido en el siglo XIX por el Conde de España (también propietario de la possessió medieval de Defla y de Son Vanrell) que domina la parte alta de la Plaça del Fossar y que está en desuso desde hace años al no prosperar los diferentes proyectos que los sucesivos propietarios querían poner en marcha.

A principios del pasado año, antes de la entrada en vigor del estado de alarma motivado por el coronavirus, los promotores del establecimiento presentaron el proyecto en el Ayuntamiento con la intención de conseguir la licencia de obras necesaria para ejecutar los trabajos de reforma en el edificio. Su desarrollo depende del visto bueno del departamento de Patrimonio del Consell de Mallorca, que todavía no ha emitido un informe al respecto. Por ahora, se conocen pocos detalles del futuro establecimiento, aunque el proyecto, de carácter exclusivo, se limitaría a diez habitaciones.

El alcalde de Sineu, Tomeu Mulet, asegura que, desde entonces, no se han producido más trámites relacionados con el proyecto hotelero, aunque confía en que se desbloquee con el regreso a la ‘nueva normalidad’ porque se trata de un establecimiento turístico «interesante» para el municipio del Pla, que ya cuenta con diversos hoteles de interior para promocionar un tipo de turismo diferente al de sol y playa típico de las zonas costeras.

En un pleno reciente, la oposición municipal preguntó al equipo de gobierno si se habían producido nuevos movimientos relacionados con el futuro hotel porque, entre otros factores, su desarrollo también estaría vinculado al futuro del edificio del casal de cultura, más conocido como teleclub, ubicado delante de Ca don Enric. Este inmueble está en desuso en la actualidad y en el pueblo del Pla existe un debate desde hace años sobre la conveniencia de mantener el edificio con una profunda reforma o bien derribarlo definitivamente para ganar un nuevo espacio público con vistas privilegiadas sobre la Plaça del Fossar, donde se concentra buena parte del popular mercado del ‘dimecres’.

De hecho, el desacuerdo sobre el papel del teleclub fue uno de los motivos por los que no prosperó el proyecto que el anterior propietario de Ca don Enric, el promotor inmobiliario alemán Matthias Kühn, quería ejecutar en el edificio que había comprado a finales de los años 90 después de que el antiguo casal señorial atravesara unos 50 años de abandono. Kühn emprendió una reforma integral para consolidar el edificio, que empezaba a amenazar ruina, con la intención de abrir un hotel o bien convertir el palacete en sede de su inmobiliaria, aunque también barajó la posibilidad de habilitar una escuela de cocina de alto standing o un centro de cosmética y cirugía plástica.

El promotor alemán veía en el teleclub un impedimento importante para su proyecto, por lo que propuso al Ayuntamiento su derribo para que Ca don Enric ganara perspectiva visual. A cambio, se ofreció para financiar la construcción de un nuevo teleclub. No hubo acuerdo. Ahora, el casal tiene una nueva oportunidad para iniciar una nueva etapa.

Vía libre ambiental a la protección del casco histórico

La comisión balear de Medio Ambiente informó el pasado mes de abril a favor del Plan Especial de protección del conjunto histórico de Sineu, declarado como Bien de Interés Cultural (BIC) en su totalidad en el año 2010 por su elevado valor histórico y patrimonial.

La comisión medioambiental ha decidido no sujetar el plan especial a una evaluación ambiental ordinaria porque su desarrollo no tendrá efectos significativos sobre el medio ambiente, aunque impone una serie de prescripciones relacionadas con la necesidad de compaginar los elementos arquitectónicos históricos con la implementación de energías renovables con el objetivo de que causen el mínimo impacto posible sobre el conjunto patrimonial. También recomienda aplicar medidas para el ahorro del agua para que todas las viviendas dispongan de sistemas de recogida de agua pluvial.

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