Can Sitjar tiene valores patrimoniales, por lo tanto, se debe incluir en el Catálogo Municipal de ses Salines. Así lo determina el informe técnico y jurídico elaborado por la dirección insular de Patrimonio. Así el departamento que dirige Kika Coll considera que se trata de una “casa singular y casi única de la Colònia de Sant Jordi”, por ello, debe conservarse por “su estilo y calidad formal”. Además, los técnicos de Patrimonio remarcan que el inmueble constituye un “ejemplo interesante del que eran las construcciones costeras de veraneo de las familias acomodadas de la primera mitad del siglo XX.
“Can Sitjar es la casa más espectacular de primera línea de la Colònia de Sant Jordi”, sentencia ARCA que había solicitado al Consell de Mallorca que declarase este inmueble “Elementos Catalogado de Interés Cultural”. Con el informe de Patrimonio, que ha analizado las características constructivas y arquitectónicas, se concluye que en vez de catalogarlo como bien de interés cultural, la protección efectiva que le corresponde es a través del Catálogo Municipal de ses Salines. Así, Ara insta al ayuntamiento de ses Salines a actuar y le ha trasladado la “necesidad de actuar iniciando un expediente de catalogación con urgencia. “No olvidemos que todo apunta a la intención de la propiedad de derribar esta casa tan singular”, remarca ARCA, entidad que emplaza al Consistorio a hacerla efectiva porque “consideramos que ses Salines y toda la isla sale ganando cuando se evita una destrucción y se logra la protección patrimonial”.
"No olvidemos que todo apunta a la intención de la propiedad de derribar esta casa tan singular”
Patrimonio recalca en su informe que el inmueble se debe preservar por “su significación en la evolución del núcleo de la Colònia de Sant Jordi como zona de veraneo y por sus características formales y constructivas”. Por todo ello, se debe incluir en el Catálogo del Patrimonio Histórico de ses Salines. El informe también destaca que “Can Sitjar está ubicada en la parte más antigua de la Colònia de Sant Jordi, un núcleo de población fundado por el marqués del Palmer alrededor de 1879 como colonia agrícola en los campos de sa Vall, una zona anteriormente ocupada por barracones de pescadores, y que ahora tiene un uso residencial, principalmente como segundas residencias”. A nivel estilístico, Patrimonio remarca que forma parte del panorama arquitectónico del momento de su construcción, antes del inicio del turismo de masas.
El informe de Patrimonio describe las cuatro fachadas de Can Sitjar, un inmueble que tiene la entrada en la calle Ponent, 7 mientras que su fachada posterior, que es la más conocida, es la que mira al mar. El informe también detalla los materiales, el tejado y su interior, donde destaca un arco asentado sobre pilares, todo de piedra. Patrimonio destaca la “austeridad formal” del edificio de “líneas sencillas” con influencia del “modernismo popular y de la arquitectura regionalista”. Se trata de un edificio “ejemplo de la arquitectura construida por mestres d’obres siguiendo las indicaciones del propietario” y que incorpora “diferentes soluciones del repertorio formar del modernismo y del regionalismo culto de manera ecléctica”.
