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Pesca

La flota pesquera balear va a la huelga el viernes para reivindicar su viabilidad económica

La federación de cofradías denuncia que la actual normativa europea implicará la "desaparición paulatina" del sector

El presidente de la federación balear, Domingo Bonnín (a la derecha de la imagen), durante su comparecencia en el Parlament este jueves.

El 95 por ciento de la flota pesquera balear no saldrá este viernes al mar, en una jornada de reivindicación del sector a nivel nacional, para denunciar que el nuevo plan de gestión aprobado por la Unión Europea ahoga a los pescadores profesionales y compromete su futuro inmediato. 

La federación balear de cofradías, que integra a 16 asociaciones, de las cuales diez están en Mallorca, decidió hace unos días que las barcas quedarían amarradas este viernes para expresar la indignación del sector contra el actual marco regulador y reivindicar un tratamiento diferenciado para el archipiélago que respete su propia singularidad, ya que la actividad pesquera en las islas «es muy inferior» a la de la zona del levante español, según subrayan desde la federación, y practica una pesca «artesanal y sostenible».

El plan de gestión de demersales de la Unión Europea, en vigor desde el pasado año 2020, «está acabando poco a poco con la flota de arrastre» del Mediterráneo porque «impone restricciones de horarios, días de trabajo, capturas y otras exigencias». La consecuencia, según lamenta la federación de cofradías, es una reducción de la actividad, con la consecuente pérdida de puestos de trabajo y el cierre de empresas pesqueras y auxiliares. 

El presidente de la federación balear, Domingo Bonnín, ha defendido este jueves en el Parlament, donde ha comparecido en la comisión de Economía, la «tradición centenaria» del sector pesquero y su vinculación permanente con el comercio local, por lo que reclama el apoyo de las instituciones tanto nacionales como autonómicas para garantizar la supervivencia de un gremio estratégico como el pesquero, condenado a «desaparecer de forma paulatina» con la aplicación del Plan Multianual delMediterráneo. En los próximos cinco años, el sector «podría perder hasta un 40% de su facturación actual», ha denunciado antes de reclamar un plan socioeconómico de viabilidad para el sector.

También lamenta Bonnín que, a pesar de ser un colectivo que durante la pandemia fue considerado como esencial, no se ha beneficiado de las ayudas para la reactivación económica ni ha formado parte de los sectores estratégicos de cara a la vacunación contra la covid.

Según Bonnín, la actual normativa impone una reducción de los días de pesca «inasumible» para los profesionales, además de aplicar un «sistema policial sobre la flota que criminaliza la actividad». La aplicación de nuevas zonas de veda también es negativa para el sector balear, ya que el archipiélago «ya cuenta con una superficie total protegida de más de 310.000 hectáreas».

En este sentido, la federación balear reivindica que las medidas regulatorias se apliquen en función de la situación de cada zona específica del Mediterráneo occidental para que no sea un «café para todos». «Pedimos una especial sensibilidad para mantener al sector pesquero porque es una actividad tradicional y muy necesaria para toda la cadena comercial, reclamamos a la política que nos eche una mano para superar la situación y evitar la desaparición del sector», ja concluido el presidente de la federación balear.

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