El PSOE pierde su representación política en Búger después de que los tres ediles socialistas que conforman el equipo de gobierno junto al alcalde independiente Pere Torrens hayan acordado con la federación de la isla su renuncia voluntaria como militantes del PSIB, ya que en caso contrario el partido habría iniciado los correspondientes expedientes de expulsión por haber incorporado a una regidora del PP al equipo de gobierno en minoría. Tras una semana de tensión entre el equipo de gobierno y la ejecutiva socialista, este viernes se ha confirmado que el alcalde Torrens no dará marcha atrás a la incorporación de la popular Coloma Capó como regidora de Servicios Sociales, por lo que los acontecimientos se han precipitado.

El PSOE se ve obligado ahora a disolver el grupo municipal, quedándose sin ninguna representación política en el municipio del Raiguer después de haber ganado las pasadas elecciones de 2019, aunque con una mayoría insuficiente para gobernar en solitario. El siguiente paso es la constitución de una gestora integrada por miembros de la federación socialista y de la agrupación local de Búger que tendrá el objetivo de reconstruir el partido a nivel local, que ha quedado descabezado tras la crisis, ya que el actual secretario general, Rafel Capó, es uno de los ediles del equipo de gobierno que abandonan la formación.

El secretario de organización del PSOE mallorquín, Miquel Àngel Coll, ha explicado este viernes que la renuncia voluntaria de los ediles de Búger “es la solución mas honrosa para ellos” y menos traumática que el probable expediente de expulsión que el partido habría abierto en caso de mantener el pulso a la ejecutiva socialista. El PSOE prefiere asumir la pérdida de su representación en Búger antes que llegar a un acuerdo con el PP para lograr mayoría en el municipio. “Nos mantenemos en lo que dijimos el día que conocimos que se había firmado el decreto que daba una regiduría a una militante del PP: el PSIB no forma gobierno con el PP, bajo ninguna circunstancia. Si se pacta con el PP, no será en nombre del PSIB-PSOE”, reitera Coll, que insta a los ediles que abandonarán el PSOE a “seguir defendiendo el programa con el cual se presentaron a las elecciones, con las siglas del PSOE, y que obtuvieron un apoyo mayoritario”.

Por su parte, el alcalde Pere Torrens, independiente que encabezó la candidatura del PSOE en las elecciones de 2019, se ha manifestado por primera vez este viernes sobre la polémica incorporación del PP al equipo de gobierno, una decisión que ha desembocado en la disolución del grupo municipal socialista en el Ayuntamiento. Según Torrens, “no se trata de un pacto global con el PP, no hay nada escrito”, sino de un “acuerdo verbal con la regidora (Coloma Capó) para garantizar estabilidad al municipio a cambio de que forma parte de la junta de gobierno”. El alcalde añade que “no podemos hablar de un pacto entre partidos” y asegura que ha sido una decisión “consensuada entre todos los miembros del equipo de gobierno”. También asegura que solo ha negociado el acuerdo con la regidora Capó, aunque admite que se reunió “cinco minutos” con el líder del PP mallorquín, Llorenç Galmés, en el despacho de alcaldía.

A su entender, la política municipal “no es de derechas ni de izquierdas”. “Para asfaltar una calle no hay que enseñar ninguna bandera, solo aplicar el sentido común”, añade Torrens. El regidor asegura que la polémica de los últimos días no se ha traducido en malestar en el pueblo. “He notado una aceptación bastante generalizada al acuerdo, no he recibido ninguna crítica; la gente está cansada de política, solo quiere que le resuelvan los problemas del día a día”, asegura.