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El hospital de Manacor registra un aumento de casos de sarna atribuidos al confinamiento

Los doctores Rocamora y Vila alertan de que todos somos susceptibles de contagiarnos

Los doctores Vicenç Rocamora y Aina Vila. S. Sansó

El confinamiento por la pandemia puede estar detrás del aumento de los casos de sarna en la zona de incidencia del Hospital de Manacor. Así lo contemplan el jefe de Servicio de Dermatología, Vicenç Rocamora, y la doctora adjunta Aina Vila, quienes están estudiando de cerca la situación. «En dos años, especialmente en este último, se ha visto un aumento de la incidencia de los casos. Una hipótesis es que la situación de confinamiento ha propiciado mayores contactos entre los convivientes y por tanto, mayores probabilidades de contagio».

En estos momentos el centro hospitalario comarcal está atendiendo entre 10 y 13 casos semanales, lo que significa más de uno al día; y una media mensual de entre 40 y 50 personas, «aunque hay que remarcar que hay familias que llegan con dos o tres afectados al mismo tiempo».

El picor intenso de predominio nocturno es uno de los síntomas más comunes de los casos de sarna

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Además, la situación se complica por el hecho de que el tratamiento sea difícil de realizar, sumado a que puede resultar difícil convencer a los familiares o contactos estrechos asintomáticos para hacer el tratamiento. «De todas formas, ya que no se notifican todos los casos, no podemos conocer la incidencia exacta; pero sí podemos afirmar que la prevalencia es alta, con casos prácticamente diarios a nuestra consulta y en atención primaria».

En cuanto a la sintomatología, se puede resumir en una sola palabra: picor intenso de predominio nocturno, que muchas veces impide conciliar el sueño, «lo que nos debe alertar siempre y hacer sospechar sarna». Los síntomas suelen aparecer entre 3 y 6 semanas después del contagio. A nivel cutáneo, es característica una erupción y signos de rascado, así como los denominados ‘surcos Acarina’, sobre todo en palmas de las manos y plantas de los pies, visibles con la ayuda del dermatoscopio.

Los niños normalmente tienen mayor probabilidad de contagio, ya que el parásito penetra mejor en su piel

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«En realidad no podemos decir que haya un ‘tipo’ de persona a la que afecte más, todos somos susceptibles de contagiarnos: niños, adultos y personas mayores. Sí que es cierto que puede haber mayor predisposición en aquellas condiciones que propicien la concentración de un mayor número de personas o familiares, o donde haya un mayor contacto estrecho, como las residencias y los colegios. Un ejemplo son las situaciones con padres separados, ya que implica el tratamiento de hasta cuatro familias si hay parejas implicadas».

Rocamora y Vila advierten que «cualquier persona que haya estado en contacto directo con un infectado puede contagiarse de esta enfermedad; por tanto, los bebés y los niños pueden resultar igualmente infectados. Además, los niños pequeños, normalmente tienen mayor probabilidad de contagio, ya que el parásito penetra mejor en su piel, por lo que suelen presentar lesiones en palmas y plantas de los pies».

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