El ayuntamiento de Manacor ha conseguido reducir, en tan solo cinco años, las fugas que tenía su red subterránea de distribución de agua potable a la mitad. Dicho de otro modo, si hasta hace poco cerca del 60% del agua insuflada desde los pozos municipales se perdía por el camino antes de llegar a los hogares de la ciudad, en estos momentos la cifra se ha estabilizado en el 30%, y con visos de ir bajando paulatinamente.
En estos momentos la eficiencia de la red está en el 70%. Perder casi un tercio del líquido puede parecer que todavía es una cifra alta (la normativa europea fija un máximo del 20%), pero no lo es tanto si se tiene en cuenta que está en marcha toda una trama de sectorización que acabará por solventar muchos de los problemas que tradicionalmente ha tenido la ciudad.
«Es un trabajo que durante los primeros años de municipalización del servicio tras la salida de Aguas Manacor SA fue muy efectivo y que ahora se ha estabilizado, porque las fugas más grandes se han ido solventando y porque el trabajo de sectorización es lento, aunque seguro», explica el gerente de la SAM (Empresa de Serveis del Municipi de Manacor SA), Francesc Grimalt.
De momento la SAM ha intervenido en 6 de los 50 sectores en que se ha dividido el mapa de actuaciones de Manacor. Una labor que continuará ahora con la conclusión de toda la zona este (la trama urbana se divide a su vez en tres líneas verticales: Llevant, Centre y Ponent), con un presupuesto de 600.000 euros y que se prevé que concluya antes de que finalice este año 2021.
La sectorización, además de localizar fugas, lo que pretende es crear una especie de llaves de paso que compartimenten zonas pequeñas de la ciudad para así controlar mejor los niveles de presión y solucionar de manera más rápida las averías que surjan sin necesidad de cortar por completo el agua a todos los manacorins hasta localizar y arreglar el problema.
«Hasta ahora habíamos realizado medidas efectistas como la reforma funcional y estética de los depósitos y la torre del Serralt. Ahora se trata de enfocarnos en temas que conllevarán un mayor esfuerzo si cabe y también un salto tecnológico respecto a lo que había», recuerda Grimalt.
Una de las causas principales del problema hay que buscarla en las más de cinco décadas de antigüedad de la red subterránea y tradicional falta de un correcto mantenimiento. Por el núcleo urbano transcurren 89.535 metros de cañerías subterráneas, de los cuales más del 90% son de fibrocemento.
En las nuevas zonas de crecimiento como las rondas de Felanitx y des Port, ya son de polietileno (4.180 metros). «Es evidente que debemos ir cambiándolas a medida que sea posible y así se hace cuando se interviene en alguna calle, pero hoy debemos focalizarnos en problemas más puntuales», reafirma la presidenta del consejo de administración de la SAM, Cristina Capó.
Sanciones por atascos
De momento, y pasado un año de controles, solo ha habido dos personas a las que el ayuntamiento de Manacor haya tenido que multar (la sanción es de 100 euros) por haber provocado obstrucciones en las arquetas, causadas sobre todo por el lanzamiento de toallitas u otros materiales no degradables por el inodoro.
En febrero de 2020 la SAM puso en marcha un proyecto para solucionar los atascos en la red. Es una problemática que afecta a las ciudades de todo el mundo, pero que en Manacor tiene unos costes calculados en más de 50.000 euros anuales.