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El ayuntamiento de Manacor estudia reconvertir las piscinas en un espacio cultural

La instalación pública ha cerrado tras la extinción de la empresa que la gestionaba desde 1997

Imagen de la piscina municipal de Manacor. | S.SANSÓ

El ayuntamiento de Manacor está sondeando distintas opciones para determinar qué hace con las piscinas municipales situadas en el parque del teatro y cuya concesionaria, Esquitxos de Blavor SL, dejó ayer oficialmente de prestar servicio acuciada por problemas económicos tras 24 años ininterrumpidos y a falta de seis para que concluyeran los 30 años firmados con el consistorio en 1997. Una solución que podría pasar por transformar el recinto en un espacio cultural para, por ejemplo, conciertos.

Hacía unas semanas que el Ayuntamiento ya sabía de la mala situación de la empresa, que a principios de mes presentó un concurso de acreedores, que finalmente fue admitido y notificado ayer por el juez al alcalde, Miquel Oliver. Así, ya se han ido sucediendo las primeras consecuencias: obviamente se ha paralizado el servicio y notificado a los clientes la paralización de las clases de natación para distintas edades. La empresa Esquitxos ha quedado formalmente extinguida y se ha nombrado un administrador concursal que deberá determinar los pagos adeudados, teniendo en cuenta que el patrimonio (las piscinas) son de titularidad pública.

De esta forma y según ha podido saber este periódico, ahora el ayuntamiento de Manacor deberá decidir entre tres opciones plausibles: la primera sería la municipalización total de la instalación y su equipamiento, una nueva redacción de un pliego de condiciones para sacar su explotación privada a concurso, o bien, y la que en estos momentos cobra más fuerza, la de modificar el interior para que pueda servir de nuevo espacio para la cultura.

Lo que pasaría por cubrir las piletas existentes, una más pequeña y de poca profundidad para el uso infantil y otra más profunda y de 25 metros de longitud, con una especie de tarima para posibilitar el paso continuo por el espacio, aprovechando las gradas interiores ya construidas y a las que no se les daba apenas uso.

Sería esta una nueva vida para las piscinas, que en 1997 fueron remodeladas por completo, pasando de ser al aire libre y de uso eminentemente veraniego, a ser cubiertas manteniendo la grada preexistente en cuyo interior se encuentran los vestuarios. Esquitxos de Blavor SL, a cambio de correr con los gastos de la obra, se aseguró su explotación por un periodo de tres décadas, hasta 2027. No es la primera vez que la empresa pasaba por una situación complicada, ya que durante la anterior legislatura ya le ofreció en varias ocasiones al consistorio su renuncia al no poder hacer frente al mantenimiento.

Cierre indefinido

Lo que ahora preocupa al Ayuntamiento es el tiempo que va a transcurrir hasta que recupere las llaves y la posesión de las piscinas cubiertas, puesto que la infraestructura permanecerá cerrada hasta que concluya el proceso judicial. De hecho la gerencia de Esquitxos se puso en contacto este martes con el alcalde para tratar el tema e informarle de que pese a su cierre, el administrador concursal tiene la obligación de mantener en condiciones y vigilada la instalación, para evitar posibles actos vandálicos.

«Estaremos muy atentos y tratando de que el tiempo para que pueda volver a ser utilizada sea el más corto posible», concluye Miquel Oliver.

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