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Informadores ambientales: la voz de la conciencia en la Serra

«El medio ambiente ahora está de moda pero tenemos que cuidarlo. El ‘seny’ es clave», así lo describe Manuel López, uno de los responsables de informar de la normativa vigente en los espacios naturales protegidos

Informadores ambientales: la voz de la conciencia en la Serra de Tramuntana

Informadores ambientales: la voz de la conciencia en la Serra de Tramuntana

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Informadores ambientales: la voz de la conciencia en la Serra de Tramuntana Rosa Ferriol

«El medio ambiente ahora mismo está de moda. Nos hemos visto encerrados y queremos salir. La consciencia de cada uno es clave porque tenemos que cuidar el medio ambiente por nuestro interés pero también por el futuro». En este sentido, la educación ambiental es una pieza fundamental para crear consciencia. Manuel López es uno de los informadores que transmite la normativa vigente en los espacios naturales protegidos. Es el «poli bueno» del Paratge Natural de la Serra de Tramuntana, la zona donde este joven proyecto puesto en marcha en diciembre de 2019 se ejecuta durante todo el año. En estos momentos, son tres informadores que patean las áreas más concurridas de la Serra pero gracias a los fondos del Impuesto de Turismo Sostenible la conselleria de Medio Ambiente contratará 25 informadores que de mayo a septiembre estarán presentes en parques naturales y zonas LIC. De hecho, en 2020 la cifra de usuarios informados rozó los 30.000. «Necesitamos que continúe. Es un proyecto que ha empezado a andar pero tiene una larga tirada. Además la gente está muy agradecida con el proyecto».

Mientras desarrolla su vigilancia en Es Camí des Correu habla sin rodeos. El servicio arrancó en diciembre de 2019 en la tan añorada normalidad más enfocado a los turistas pero hace un año, en marzo, se paró en seco. Se impuso el estado de alarma y el confinamiento. Se reactivó a mediados de junio con la nueva normalidad, mascarillas incluidas, «una nueva especie que amenaza la Tramuntana». Y fue «un boom», un «estallido» sobre todo los fines de semana. Los días laborables, explica, suelen ser vecinos que salen a pasear o gente que practica deporte. No lo duda. Hay tres sitios conflictivos: el Salt des Freu ocupa el podio de todos los podios, le sigue es Camí des Correu y Lluc. «Cuando la gente va a la montaña, todos van al mismo sitio. En el Salt des Freu he visto de todo. La aglomeración es increíble. Una locura», lamenta Manuel López. «Pero si en la Serra hay muchísimos itinerarios. No se los van a acabar», exclama.

La labor de estos informadores ambientales es avisar de la necesidad de mantener un comportamiento respetuoso con la naturaleza con el objetivo de dejar «una huella mínima o nula», algo que acto seguido «es muy difícil». Su consejo es intentar apostar por otras rutas en vez de acudir en masa a los sitios con «mayor presión humana». Así invita a investigar y buscar en internet otras excursiones alternativas.

«Estamos para informar pero nuestra presencia ya invita a hacer las cosas bien. Es triste pero es así. Somos los polis buenos. No podemos poner ni denuncias ni multas. Al principio cuesta pero cuando se rompe el hielo, la conversación con los usuarios es fluida. Nos preguntan, nos explican sus sensaciones, nos exponen sus quejas o sugerencias y si han detectado alguna incidencia. También realizamos encuestas», desgrana. El abanico de información que ofrecen es tan extenso como la propia Serra: desde la normativa de las áreas recreativas (ahora la pregunta más repetida es si están abiertas) hasta rutas GR, excursiones alternativas e, incluso, información sobre plantas, aves u observación del cielo.

Informadores ambientales: la voz de la conciencia en la Serra

Y si abrimos el capítulo de las quejas o de los actos incívicos: los residuos están a la orden del día: mascarillas, envases, servilletas, peladuras de frutas... Resulta que todo es biodegradable, critica con cierta ironía. Y es que el efecto llamada juega un mala pasada. «Si uno lanza la piel de la naranja, el que viene detrás, ya lanza una de plátano, el siguiente ya es una servilleta... y todos con el mismo lema: «ya lo recogerán». Así recomienda aplicar la norma básica por antonomasia de la montaña: llevarse todo lo que llevas en la mochila sin pensar que alguien ya lo recogerá. «Se quejan de que no hay basuras pero en los sitio que sí hay, en el acto rebosan de residuos. «Es tomar consciencia de que lo que llevas a la montaña, debe regresar a casa».

El aparcamiento es otro clásico que lleva más de un quebradero de cabeza. El informador detalla que en el caso de es Camí des Correu la gente aparca en la Granja d’Esporles. «Es una zona de tránsito de coches, motos y bicicletas y para ir al camí debes cruzar la carretera. Es un peligro. Ya he puesta una instancia en el ayuntamiento de Esporles y he hablado con la Policía para que se instalen bandas reductoras de velocidad. En el Salt des Freu, igual. «Nosotros detectamos estas incidencias y las trasladamos a nuestros superiores que avisan a la conselleria.

Por ejemplo, en Cala Deià hay pequeños senderos que en 20 minutos andando llegas. Falta información y, por esto, estamos. La música, sobre todo en áreas recreativas es otro clásico.

Así la labor de estos informadores es trasladar a los usuarios las normas básicas para tomar conciencia ya que el medio ambiente es una moda que ha venido para quedarse. «Se han cogido buenas sensaciones en la montaña», sentencia Manuel López. Ahora solo falta aplicar seny.

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