Un total de 44 víctimas de la represión franquista podrán descansar en paz. Las excavaciones en el cementerio de Porreres iniciadas a principios de febrero han permitido recuperar 44 represaliados, todos hombres de entre 20 y 50 años. Se sospecha que gran parte proceden de las sacas de presos de Can Mir y Bellver realizadas entre enero y marzo de 1937. Aunque los expertos no descartan que algunos fueran conducidos directamente a Porreres desde sus pueblos, sin pasar por prisión.

Así, esta cuarentena de víctimas se suma a las 49 recuperadas en la intervención de 2016. En total, en las trece fosas excavadas en Porreres se han localizado 93 represaliados, cuando la cifra documentada históricamente es de 120. La directora de las excavaciones, Lourdes Herrasti, especificó que durante esta segunda campaña de excavaciones se han localizado cuatro nuevas fosas debajo del bloque de nichos y capillas construidas en el área central. 

Vista desde el aire de la zona intervenida en el cementerio de Porreres.

En la fosa número 5, en la que ya se habían documentado seis individuos en las excavaciones de hace cuatro años, finalmente se han podido recuperar los restos de nueve. En la fosa 10, situada bajo una placa de hormigón armado, se han recuperado restos óseos de ocho personas. En la fosa 11, ubicada bajo el bloque de nichos, se han podido recuperar 12 individuos. En la fosa 12, que se ha encontrado después de la fosa 5, se han localizado nueve esqueletos. Y, finalmente, en la fosa 13, afectada por otra plancha de hormigón, se han recuperado los restos de otras seis víctimas. Tres fosas han estado afectadas por construcciones posteriores, hecho que ha limitado la recuperación de los restos que son parciales aunque el estado de los restos óseos es bueno. Eso sí algunas víctimas localizadas en la parte inferior de las fosas presentan cierto grado de deterioro.

Uno de los zapatos recuperados.

 Entre los objetos recuperados hay ropa de abrigo y calzado, lo que indica «cierto estatus de las víctimas». «Hemos constatado que creían que les ponían en libertad porque hemos localizado objetos personales como un tintero, tabaqueras, cajas de pastillas contra la tos, filtros de tabaco y elementos de higiene personal», desgranó Herrasti. «Recuperamos los últimos momentos de estas personas antes de que fueran asesinadas», concluyó Herrasti. Ahora, los trabajos continúan con los estudios antropológicos.