Un 30% de los hoteles de Alcúdia abrirá a finales de abril a pesar de la falta de reservas
La agrupación hotelera lamenta las «dudas» y la incertidumbre que presenta la próxima temporada

Imagen de la playa del puerto de Alcúdia, al inicio del verano de 2020. / AJUNTAMENT

Una treintena de establecimientos turísticos del municipio de Alcúdia y del núcleo de Can Picafort han comunicado a la agrupación hotelera que abrirán las puertas el próximo 30 de abril, aunque solo sea para cumplir con los contratos firmados con los touroperadores, ya que el estado de las reservas para la próxima temporada alta «es bajísimo», según lamenta la gerente de la agrupación hotelera de Alcúdia y Can Picafort, Carmen Zierer.
A estas alturas del año, en la etapa pre-covid, la agrupación solía disponer de un calendario de apertura de los establecimientos asociados, aunque la pandemia ha cambiado esta situación. «En el último sondeo que hicimos, los pocos hoteles que se atrevieron a dar una fecha de inicio de actividad dijeron que abrirían a partir del 30 de abril, pero existen muchas dudas y todo está en el aire», explica.
Los establecimientos que, en principio, han comunicado que iniciarán la temporada a finales del próximo mes de abril suponen, aproximadamente, el 30 por ciento de las plazas hoteleras asociadas a la agrupación de Alcúdia y Can Picafort. No obstante, se trata de una apertura llena de condicionantes y sujeta a numerosos factores externos. «Normalmente, a principios de marzo ya sabemos cómo irá la temporada turística en función de las reservas registradas, pero este año la cosa no va así», explica la gerente de la agrupación hotelera. Prácticamente no hay reservas nuevas y los establecimientos solo abrirán las puertas para atender a las reservas del año pasado que se desplazaron a este año con motivo del coronavirus. Pero es que los empresarios todavía no saben si estas reservas de 2020 podrán materializarse este año porque la situación del turismo mundial no invita al optimismo por las mutaciones del virus y la lentitud en la administración de vacunas.
Lo que sí es seguro es que este año tampoco vendrán los cicloturistas que habitualmente copan las carreteras de la isla en primavera y participan, muchos de ellos, en competiciones deportivas desestacionalizadoras.
Cancelaciones
Zierer señala al respecto que este tipo de turistas «han empezado a cancelar las reservas» que ya habían realizado en 2020 y que tuvieron que aplazar a este año cuando estalló la crisis del coronavirus. «Ahora, ya no cambian de nuevo la fecha para venir más adelante, sino que cancelan directamente las reservas», añade la gerente de la agrupación hotelera de Alcúdia y Can Picafort.
El cicloturismo es una de las principales fuentes de ingresos en el municipio del Nord. En el año 2019, los hoteles registraron medias de ocupación de entre el 75 y el 79 por ciento entre los meses de marzo y mayo para atender a estos visitantes de temporada baja.
Las perspectivas de cara a los meses centrales del verano no son mejores. «El ritmo de vacunación no avanza según lo previsto y las recomendaciones de no viajar a España siguen vigentes en Europa», lamenta Zierer. Además, otros factores que alimentan la desesperanza son la incertidumbre sobre el volumen del tráfico aéreo en los próximos meses o la posibilidad de que los niños de los mercados emisores tengan que recuperar en verano los meses de escuela perdidos como consecuencia de la pandemia.
Dos millones de euros menos
La ausencia de turistas durante el pasado verano supuso que el ayuntamiento de Alcúdia dejase de ingresar unos dos millones de euros por el cobro de los servicios playeros. Unas pérdidas que han quedado reflejadas en el presupuesto municipal aprobado el pasado lunes y que se reduce en casi seis millones con respecto a las cuentas del pasado año como consecuencia de la acusada caída de los ingresos como la registrada en las playas.
A principios del verano de 2020, el Consistorio, que gestiona las playas de forma directa, redujo en un 75 por ciento la instalación de servicios para cumplir con las medidas de seguridad contra la covid-19. Finalmente, la ausencia de turistas implicó que la recaudación por el alquiler de hamacas y sombrillas se redujera más de un 90 por ciento con respecto a los ingresos de 2019.
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