La escena tiene años pero, lejos de ser caduca, mantiene plena vigencia y adquiere mayor trascendencia por la condición de sus protagonistas, hasta incrustarse hoy en la misma presidencia de los Estados Unidos. Hay que situarse en la fecha del 23 de septiembre de 2015 y en la gran explanada exterior de la basílica de la Inmaculada Concepción de Washington. Era la jornada en que, el papa Francisco, aprovechando su visita oficial a la capital americana, presidía la canonización de fray Junípero Serra. «Es el primer santo hispano, el hombre que supo transmitir el evangelio a Norteamérica», resalta el sumo pontífice.

Entre el gentío de fieles presentes en la solemne celebración religiosa figura un grupo de peregrinos mallorquines, encabezados por el entonces obispo Javier Salinas, y cuyo grueso está compuesto por vecinos de Petra. Hay buen ánimo, el ambiente de las ocasiones excepcionales que ni el sol ni los rigores del verano de Washington devalúan. Los preparativos del viaje y los encuentros previos han propiciado que muchos de los mallorquines lleven algún objeto o símbolo vinculado con la isla, con Petra o con el fraile que en este acto alcanza el máximo reconocimiento de la Iglesia Católica, Junípero Serra.

Bonany es el lugar desde donde Junípero Serra se despidió de Petra en 1749. | T.O.

Maria Magdalena Font Gomila se ha decidido por una bandera con la inconfundible imagen de la Mare de Déu de Bonany impresa en ella. En un momento determinado piensa que ha llegado la hora de sacarla y darle mayor protagonismo «siempre dentro de unas coordenadas de espiritualidad, sería inadecuado sacarlo de este contexto», dice. Bonany es el lugar desde el cual Junípero Serra se despidió de Petra en 1749. También un sitio cercano a la residencia de Font y con el que mantiene fuertes vínculos familiares y sentimentales.

Junto al lugar asignado a los mallorquines presentes en la canonización está Susana Martínez Monedero. Es una abogada entregada a causas internacionales. De origen español, nació en León, reside desde hace tiempo en la ciudad californiana de San Diego y hoy aboga por la canonización de Isabel la Católica. Esta letrada es la que propicia que la imagen de la Mare de Déu de Bonany llegue a manos de Joe Biden, entonces vicepresidente católico del gobierno de Barack Obama. Las fotos, obra de Rodrigo, hermano de la letrada Martínez Monedero, que también aparece en imagen junto a Catalina Font Gomila a su vez hermana de quien desplegó la bandera y vicepresidenta de la Asociación de Amigos de Juníero Serra, dejan testimonio de que el ya hoy presidente de los Estados Unidos se tomó con agrado el pose. No solo eso, quienes estaban presentes recuerdan que Joe Biden se interesó por Bonany, su significado y los vínculos que pudiera tener con el evangelizador de California.

Misa por la canonización de Junípero Serra, en Washington, en septiembre de 2015. | REUTERS

En todo caso, queda claro que el encuentro no cayó en saco roto y superó los límites del protocolo, la cordialidad o la afinidad de la misma creencia religiosa. Hoy, según sus protagonistas, se gestiona la instalación de una reproducción de la imagen de la Mare de Déu de Bonany en la catedral de Los Ángeles. José Horacio Gómez está al frente de su archidiócesis y a su vez preside la conferencia episcopal de Estados Unidos. Es el mismo prelado que ha contestado con distintos documentos y encuadres históricos las protestas y derribos que han afectado a las estatuas de Junípero Serra en California. «Pero los protocolos para colocar la imagen de la Mare de Déu de Bonany en Los Ángeles son muy laboriosos y todo va muy lento», dice Maria Magdalena Font. Califica de «milagro» el hecho de que Joe Biden aceptara la bandera de Bonany y repite que «allí todos éramos siervos, no tiene sentido separar lo ocurrido de la vivencia espiritual que teníamos en aquel momento».