Amics de la Terra defendió ayer la necesidad de «otro modelo fotovoltaico» en Mallorca y expresó su rechazo a los proyectos de parques solares en es Rafal·lot-Son Amar, en Bunyola, y en Son Bonet, en Marratxí, que actualmente se encuentran en fase de exposición pública para su autorización administrativa. La entidad sostuvo que aboga por la «transición energética renovable», pero subrayó que debe hacerse «con criterios de descentralización, democratización energética y aprovechando prioritariamente las superficies ya urbanizadas».

«La rentabilidad económica de las grandes instalaciones fotovoltaicas, promovidas por grandes empresas, no debería ser el criterio de peso», argumentó Amics de la Terra, que consideró «urgente» la definición de «zonas prioritarias por parte del Consell de Mallorca y la implicación de los Ayuntamientos y la ciudadanía, para conseguir una transición energética justa y democrática».

Según informó esta organización, en el caso del parque solar de Bunyola, cuenta con una potencia máxima de 39,96 MW y supone una ocupación de más de 32 hectáreas de suelo agrícola. Una potencia que, agregó, «hace necesaria la construcción de infraestructuras adicionales para evacuar la energía generada». Respecto al proyecto previsto en Son Bonet, recordó que se sitúa sobre una «zona verde con un importante uso público».