La realidad educativa en la cooperativa de enseñanza de Es Lledoner, en Felanitx, ha experimentado un auténtico cambio. Los alumnos de ESO y FP básica han aprendido a amar la lectura. Y esta atracción ha sido posible gracias al hábito matutino que el centro aplica desde el curso pasado: media hora de lectura libre antes de encarar la jornada lectiva, profesores incluidos, y aquí no vale corregir o programar. «Nada de nada, solo lectura por placer». Así de 8 a 8.30 de la mañana las aulas de Es Lledoner son un auténtico remanso de paz. «Nunca habíamos experimentado tal tranquilidad», confiesa la profesora Katerina Srpova, que junto a otro docente del centro viajó en marzo de hace dos años a Islandia gracias al proyecto Des de col·laboració cap a la innovació de Erasmus KA1 para conocer las prácticas docentes en sus escuelas. «Visitamos distintos centros y en todos se repetía la misma rutina: la lectura por placer formaba parte del día a día de las aulas». Así, los alumnos islandeses empezaban el día con media hora de lectura de libre elección y durante el día, cuando terminaban la actividad antes, retomaban la lectura. «Siempre había un libro en su pupitre», remarca. Y es que en el sistema educativo islandés la comprensión lectora es la gran prioridad.

En vez de Netflix, en Felanitx tienen Bookflix.

«Hacía tiempo que en nuestra realidad educativa la lectura cada vez era menos atractiva», recuerda, por ello, «regresaron de Islandia dispuestos a implantar esta lectura por placer en nuestras aulas, sobre todo, en ESO y en FPB». De todas maneras, admite, «teníamos mucho miedo» porque en sus aulas no había muchos amantes de los libros pero tiene claro que «un proyecto si se vende bien, cala entre los usuarios». Y la realidad es que los alumnos lo han aceptado muy bien. La valoración es muy positiva ya que el «alumnado considera que es una manera de amar la lectura».

Una ‘booktuber’.

¿Y de dónde sacan estos 30 minutos para dedicar al placer de leer? Fácil. Como la comprensión lectora es uno de los objetivos comunes de todas las asignaturas, el centro ha apostado por adaptar horarios: cada asignatura ha cedido cinco minutos para la lectura por placer y ahora las clases duran 50 minutos en vez de 55. Así, las aulas están dotadas de material de lectura de lo más diverso: libros de todo tipo de género, revistas, cómics e, incluso, se encuadernan los relatos que escriben los propios alumnos porque si a uno le cuesta engancharse a un libro siempre es más entretenido leer algo escrito por un compañero. Pero la lectura por placer va más allá. Ahora la realidad es que en los pasillos hay intercambios de libros, tienen en marcha los booktubers y otra iniciativa que esperan implantar son las competiciones de lectura en voz alta. «Aún quedan pasos por delante pero darlo a conocer es una manera de divulgar el proyecto para que llegue a otros centros», determina.

La lectura por placer, el hábito matutino en Es Lledoner | ES LLEDONER