El cap de fibló del pasado 29 de agosto arrasó todo cuanto se encontró a su paso en la Serra de Tramuntana, sobre todo en los municipios de Esporles, Banyalbufar y Valldemossa. Miles de árboles quedaron afectados. Además, las secuelas podrían ir más allá aún: la pérdida de masa vegetal acelera los siempre temidos procesos erosivos. Por no hablar del riesgo de incendio ante la acumulación desordenada de restos de vegetación.

En este contexto se enmarca el proceso de restauración ambiental de la zona afectada, cuya segunda fase fue presentada este jueves por el conseller de Medio Ambiente, Miquel Mir; el director general de Espacios Naturales, Llorenç Mas; y el gerente del Ibanat, Joan Ramon, quienes visitaron el área que azotó el temporal del pasado verano.

Después de culminar una primera fase en la que se ha trabajado en la recuperación de unas 30 hectáreas forestales, en este nuevo periodo el departamento autonómico prevé realizar actuaciones en unas 80 hectáreas, para lo cual se ha destinado un presupuesto de 849.842 euros.

Riesgo de incendios

Las prioridades de la intervención de los operarios girarán sobre los ejes de reducir los riesgos de incendios forestales y recuperar el paisaje. Así, de acuerdo a la información facilitada a los medios, se prevé reducir el combustible forestal en las inmediaciones de la carretera Ma-10 y en otros puntos estratégicos.

Medio Ambiente efectuará además trabajos de mejora del encinar, mediante podas, al igual que procederá a triturar los restos forestales que se generen durante los trabajos de restauración.

En este sentido, cabe recordar que en la primera fase de las tareas de recuperación se procesaron 13.163 árboles que habían quedado afectados por el cap de fibló, en su mayoría pinos.

Con ellos, se generaron casi 6.000 toneladas de biomasa, que han sido aprovechadas en parte por la industria forestal local.

En la primera fase, se actuó en la urbanización del Port des Canonge así como en la carretera de acceso a este núcleo y en la zona del Coll de sa Bastida (Son Bunyola). También se retiraron los numerosos árboles caídos en la conocida ruta de la Volta des General.

El cap de fibló del pasado 29 de agosto fue especialmente virulento en la zona de Banyalbufar y el Port des Canonge, que es donde se tuvieron que realizar más intervenciones en la retirada de árboles y objetos de carreteras y caminos.