Las nuevas tarifas del transporte público (ferroviario y por carretera), que han provocado el enfado de numerosos usuarios, han empezado a despertar también a algunos ayuntamientos de municipios ubicados en el corredor ferroviario, como Alaró y Binissalem, que se han hecho eco de las protestas y han expresado formalmente su malestar ante el Govern.

En el caso de Alaró, su alcalde Llorenç Perelló (PP) ha remitido una carta a la conselleria de Movilidad y Vivienda en la que asegura haber recibido quejas por parte de usuarios por la aplicación de las nuevas tarifas al entender que un usuario no habitual «se ve gravado con unos precios abusivos que desincentivan el uso del medio público», ya que «si se lleva a cabo el pago en efectivo se debe sacar un billete sencillo cada vez sin las ventajas de comprar un billete único o un billete de ida y vuelta». Perelló añade que «es aún peor si se tienen que combinar diferentes medios de transporte porque se debería sacar un billete por cada servicio».

El Consistorio reclama que estas «penalizaciones» para las personas que no disponen de tarjeta intermodal se eliminen en el caso de los buses lanzadera, cuyo precio es «excesivo». Alaró solicita que estos buses que ejercen de extensiones de la línea del tren «funcionen con una tarifa integrada como parte del servicio ferroviario».

Més per Binissalem defiende que, lejos de haberse reducido, los precios del transporte público «han subido» para todos los usuarios

Moción de Binissalem

Por otra parte, el pleno celebrado el lunes en Binissalem aprobó una propuesta presentada por Més (con el único voto en contra del PSOE) en la que se insta a «hacer llegar» a la Conselleria la «insatisfacción» por el nuevo modelo de tarifas y del sistema de tarjeta monedero porque «no incentiva el uso del transporte público», además de reclamar más frecuencias ferroviarias y la instalación de máquinas de recarga de tarjetas. También se pide al Govern que apueste por un modelo de transporte público «económico», lo que implica «una reducción de los precios tanto para los usuarios habituales como para los esporádicos». Estos últimos son los más perjudicados por las nuevas tarifas cuyos descuentos, según los usuarios, solo son aprovechables con un uso diario.

La propuesta de Més denuncia la falta de información previa sobre las tarifas y diversas irregularidades del nuevo modelo, que no permite conocer los cobros realizados ni el remanente existente en la tarjeta. La moción aprobada por el pleno defiende que se han aumentado los precios «para todos los usuarios». «Si hasta ahora una persona que usa el transporte cada día pagaba al mes 47 euros por dos saltos, con el nuevo sistema después de una carga de 10 euros solo puede viajar dos días; para beneficiarse de los descuentos debería hacer como mínimo el doble de viajes al día, teniendo en cuenta que las bonificaciones caducan a principios de cada mes», denuncia la moción.

9,60 euros para desplazarse en tren desde Alaró hasta el vecino Binissalem

En la misiva enviada por el alcalde de Alaró a la Conselleria, Llorenç Perelló asegura que, con el nuevo sistema, un desplazamiento en tren de ida y vuelta desde Alaró a Binissalem tiene un coste de 9,60 euros si no se dispone de tarjeta intermodal. Y es que, al precio del billete sencillo de 1,80 euros por trayecto entre ambas estaciones, hay que sumar seis euros por el uso de ida y vuelta del bus lanzadera que conecta la estación de Consell-Alaró con esta última localidad, cuyo trayecto, además, es «muy corto».

El regidor popular califica de «excesivo y abusivo» el precio que deben pagar los vecinos para desplazarse al municipio vecino, donde además están ubicados el instituto y el PAC de referencia para los vecinos de Alaró.