«La gran devoción de sa Pobla hacia Sant Antoni Abad ha sido sostenida a través de todos los siglos, sin desfallecer ni faltar nunca, por la Obreria». Así reza el estudio documentado del médico e historiador Bartomeu Siquier Serra. En este Sant Antoni marcado por la pandemia, la Obreria de sa Pobla decidió, meses atrás, suspender todos los actos desde la elección del clamater a las beneïdes y con las solemnes Completes a puerta cerrada. Según el presidente de la Obreria Pep Pons, el Sant Antoni de este año, «será muy distinto para los poblers, no tan solo por la ausencia del estallido de júbilo y alegría que conlleva la fiesta en sí, sino también porque su celebración estará huérfana de los actos tradicionales que datan de siglos atrás y que conforman el verdadero espíritu de nuestra fiesta, como son las enramadas, las Completes, las beneïdes, el encendido del fogueró de la parroquia y otros tantos actos litúrgicos y tradicionales, en los que desde siglos atrás participaba la Obreria». De hecho, asegura que no tiene constancia de que las fiestas fueran suspendidas por alguna situación parecida y se remite a lo que Alexandre Ballester escribió para la representación de la sanció històrica: «Ni revoltes, ni guerres ni temporades de fam ni de mal morbo, ni llargs plets, han aconseguits que els habitants de sa Pobla deixin de celebrar la seva revetla de Sant Antoni amb foguerons que cremen les velles pors de la nit». Sin embargo, el virus de la covid sí lo ha parado todo.