Los cuatro grandes pinos talados sin previo aviso el pasado 17 de diciembre por el Ayuntamiento en la Plaça Major de Selva no estaban afectados por ninguna plaga. Es la principal conclusión del informe firmado por dos ingenieros técnicos forestales que ha sido encargado por el grupo político Arrelam en colaboración con la Associació Balear de l’Arbre (ABA) y que ha sido registrado en el Consistorio.

El informe realizado por el Ayuntamiento para justificar la eliminación de los pinos destacaba que «las ramas principales de estos pinos, según una inspección visual desde tierra, parece que están afectadas por el barrinador del pi (Tomicus destruens), por lo que suponen un peligro» por posibles desprendimientos.

No obstante, el dictamen externo registrado por la oposición descarta esta posibilidad después de evaluar el estado fitosanitario de los árboles mediante el análisis «detallado» de los restos depositados en una serradora y de las bases de los pinos que todavía se conservan en la Plaça. Durante esta inspección, los ingenieros no identificaron «ningún tipo de galería subcortical», por lo que «se descarta la presencia del insecto». Asimismo, el estudio subraya también que en las ramas de los pinos talados no se ha apreciado ningún orificio de entrada del insecto y que la tonalidad de los pinos «tampoco refleja afección por el barrinador del pi, ya que en este caso habrían adoptado unas coloraciones amarillentas».

La ausencia de enfermedades en los cuatro pinos eliminados por el Ayuntamiento no es el única contradicción que detecta el informe pericial con respecto al dictamen municipal. Así, los dos expertos que firman el estudio aseguran que los pinos eran estables y no presentaban ningún riesgo de caída, en contra de lo que defendía el Ayuntamiento. «A pesar de disponer de alturas considerables, la relación altura-diámetro era baja como resultado de los grandes diámetros de los pinos (unos 40 centímetros en los tres pinos blancos), hecho que los dotaba de estabilidad individual», subrayan los ingenieros.

Longevidad

Otro factor de controversia es la edad de los pinos eliminados. El ayuntamiento de Selva aseguró en su día, y así lo plasmó en su propio informe, que no va acompañado de ninguna firma técnica, que los pinos fueron plantados en el año 1953, a pesar de que diferentes fuentes del municipio han asegurado que son mucho más antiguos.

En este sentido, el informe pericial registrado por Arrelam constata que los pinos son más longevos. «Durante el recuento de los anillos de crecimiento en los trozos de la serradora permitió corroborar que los ejemplares más adultos tenían unos 90 años», apuntan, por lo que «las generaciones que han visto plantar y crecer a estos pinos habían generado un cierto sentimiento de aprecio» porque los pinos «representaban la imagen de la Plaça Major de Selva».

Por ello, los firmantes del informe destacan que la eliminación de los pinos «no solo ha supuesto una pérdida de valor sentimental, sino otros valores» relacionados con la reducción de la temperatura y de elementos contaminantes, además de la absorción del carbono o la reducción de la polución acústica, entre otros beneficios que ahora se han perdido.

Arrelam denuncia las contradicciones municipales

El partido Arrelam presentó alegaciones en 2018 al proyecto de reforma de la Plaça Major en las que proponía adoptar las medidas oportunas para conservar los pinos. El Consistorio respondió que el proyecto «contempla una partida para la revisión y posibles actuaciones en el arbolado existente» y aseguró que, una vez empezadas las obras, «se valorará el estado de los árboles». No obstante, el alcalde Joan Rotger (PP) «ha manifestado públicamente que el proyecto no contemplaba ninguna partida para la conservación de los árboles», según denuncia el portavoz de Arrelam, Biel Morro. Este partido presentó una moción en la pasada comisión informativa en la que, entre otros aspectos, reclama un inventario de los árboles del municipio y la elaboración de una ordenanza reguladora. El equipo de gobierno desestimó la propuesta.