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Del primer coche a la reconquista de las calles para caminar

El investigador y exresponsable de la Policía Local, Antoni Sureda, analiza la llegada de los primeros vehículos a Manacor y su impacto sobre la sociedad y el espacio público

Del primer coche a la reconquista de las calles para caminar

Durante el último siglo, Manacor, como muchos otros municipios de Mallorca, ha visto aparecer los primeros automóviles, «que a partir de 1912 se impusieron y ganaron al carro para más adelante desplazar a los peatones del espacio público», explica Antoni Sureda, exjefe de la Policía Local de Manacor. Recientemente, Sureda también ha investigado la evolución de los sistemas de transporte y matriculación en el municipio y sabe que el primer automóvil manacorí llegó a la capital del Llevant en 1912 gracias a Antoni Billoch, quien lo compró. Ese mismo año también llegaron los dos vehículos de Antoni Lliteras, uno de la marca Studebaker y otro del fabricante francés Citroën. «Desde 1912 y durante una década sólo constan en el registro municipal tres vehículos más, habrá que esperar hasta 1927 para apreciar un incremento en la matriculación: en ese año hay inscritos ya 102 coches de lujo, 13 camiones de mercancías, 23 buses de pasajeros y 3 motos», señala Antoni Sureda, autor del estudio L’evolució dels automòbils, carros, carruatges, bicicletes i velomotors a Manacor.

Sobre quienes fueron los introductores de los vehículos a motor en Manacor «sabemos que eran personas con cierto poder adquisitivo como médicos, notarios, propietarios de possessions, que se cuentan entre los pioneros en sacar a relucir sus coches particulares por las calles del pueblo», añade Sureda. Y es que hay que tener en cuenta que «al principio los automóviles solo se utilizaban con finalidades lúdicas, como ir de paseo, porque los primeros vehículos eran un auténtico lujo y los señores que podían comprarse uno ni siquiera conducían ellos mismos sino que contrataban con un chófer», concluye Sureda.

Para que llegasen más y más coches a Manacor, fue necesario que Henry Ford materializase la idea de fabricar automóviles en cadena para hacer esos primeros vehículos más asequibles. Una realidad a la que Manacor no fue ajena. De hecho, en la década de 1920 existió en la plaza de sa Bassa una agencia oficial del fabricante americano donde se vendieron recambios originales del famoso Ford-T.

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Incidentes y primeras regulaciones

La llegada de los primeros coches se produjo porque la capa más rica y bien estante de Manacor se los compró. «Era un lujo en manos de gente que gozaba de cierto prestigio y poder económico», apunta Antoni Sureda. «Eran las familias que tenían preferencia en todos los espacios públicos, la gente los saludaba con respeto y se les trataba como señores; por eso en los primeros tiempos las personas que iban montadas en vehículos se creían que tenían cierta preferencia de paso sobre los peatones, quienes al acercarse un coche se apartaban inmediatamente, quizás por respeto pero también por miedo», añade el autor de estudio sobre la introducción de los vehículos a motor en Manacor.

En ese sentido, el investigador y exinspector en la Policía Local de Manacor, Antoni Sureda, asegura que «la primera normativa para regular el uso del automóvil en España se aprobó en el año 1900 y además de ordenar la creación de registros de vehículos en todo el estado, también fijaba en 28 kilómetros por hora la velocidad máxima por carretera y la limitaba hasta los 15 kilómetros por hora en las calles de pueblos y ciudades».

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Se trata de un hecho que las crónicas periodísticas de la época criticaban con cierta frecuencia. «Por qué hemos de soportar esos bólidos feos, antiestéticos, horrísonos que pueden llegar a estallar, asustar caballos y constituyen un auténtico peligro para los indefensos peatones que, en la tradicional Gran Bretaña, se les obliga a ir precedidos de un hombre a pie con bandera roja…», escribió el periodista Miquel Ferrà.

Y es que con los primeros vehículos llegaron también los primeros accidentes de Manacor. Uno de los más documentados tuvo lugar el 15 de septiembre de 1907, en plena ‘Fira de Setembre’. A primera hora de la tarde, un coche de la marca Hispano-Suiza, con matrícula PM-27, y propiedad del artanenc Rafel Amorós, se adentró en las calles de la feria a unos 30 quilómetros por hora y mató a varios de los animales que estaban expuestos antes de huir del lugar. Las autoridades consiguieron identificarlo y le impusieron una multa de cien pesetas. Una multa que el conductor recurrió argumentando que los nuevos coches no estaban incluidos en las ordenanzas, que solo limitaban la velocidad a los carros y carruajes. Y es que «habrá que esperar hasta 1934 y la Segunda República para ver el primer código de circulación, que representa el embrión de todas las normas posteriores que se han desarrollado hasta ahora», concreta Antoni Sureda.

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El turismo y los primeros buses

Las cuevas y la industria perlera que aún concentra Manacor atrajeron a los primeros visitantes extranjeros. Y ciertos empresarios locales no dejaron pasar la oportunidad. Por eso «en 1912 el propietario de las Coves dels Hams, que entonces era Pere Caldentey, compró un automóvil colectivo para llevar a visitar las cuevas a los pasajeros que llegaban desde Palma a la estación del tren y la tarifa única era de una peseta por persona», destaca el investigador Antoni Sureda. Más adelante aparecieron «las primeras ‘camiones’, que es el nombre que en Manacor damos a los autobuses, y uno de los primeros servicios de bus de línea entre Manacor y Porto Cristo fue inaugurado en 1923», concreta Sureda. «Tenía parada ante el Hotel Perelló, donde también se compraban los billetes y también en ese lugar se ubicó uno de los primeros surtidores de combustible del municipio», añade Antoni Sureda.

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Hay que pensar que «durante muchos años las calles del centro y los alrededores de la iglesia estuvieron invadidos de coches y autobuses; desde allí los turistas podían visitar la iglesia, el antiguo museo, las perlas Manacor y todo el centro antes de continuar su visita en coche particular o en transporte colectivo hacia Porto Cristo u otros puntos de la costa», subraya Sureda. Y con ese vaivén de turistas y coches, pronto se produjo un apogeo en el servicio de transportes de pasajeros. «El garaje de los hermanos Forteza, el Garaje Ferrari, el Garaje Sinis y también otros empezaron a ofrecer servicios de transporte con diferentes puntos de Mallorca», indica el investigador Antoni Sureda.

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El apogeo del Seat 600

El progresivo aumento de vehículos que circulaban en el municipio obligó a mejorar el pavimento de las calles, que se empezaron a asfaltar y se obligó a los carros a cambiar sus llantas metálicas por otras neumáticas para evitar que estropearan la capa asfáltica que se instalaba para que los coches circularan mejor. «Eran los años del desarrollismo y con él llegó la democratización de los vehículos con el Seat 600 como icono», destaca Sureda. De hecho, entre los años 1959 y 1969 se registra un aumento del 299,92% en el número de vehículos inscritos en Manacor y ese hecho no se puede desligar de la adquisición de unidades de Seat 600 por parte de los vecinos de Manacor. En diez años se pasó de 1.259 vehículos a motor a 5.035», concreta el investigador.

Desde ese momento, los coches invadieron la mayoría de los espacios públicos «y mucha gente de mi generación recuerda plazas y avenidas llenas de coches y con muy poco espacio para pasear y caminar, nos habíamos acostumbrado tanto a esa realidad que a partir del año 1996, cuando se empezó a hablar de peatonalizar el centro, hubo muchas críticas», explica el investigador. Pero según su opinión, «estamos destinados a deshacer el camino que empezó con la llegada de los primeros vehículos, ahora hay que mejorar la circulación pensando en la gente y no en los vehículos», sentencia el exresponsable de la Policía Local e investigador, Antoni Sureda.la revolución de las cuatro ruedas. A partir de 1912 la presencia de coches empezó a crecer. 1 En el hotel Perelló de Porto Cristo paraba el bus de la línea a Manacor.2 La entrada del garaje Llull. 3 La irrupción del Seat 600 supuso una revolución. 4 El Passeig de na Camel·la de Manacor, con los primeros coches.5 Un surtidor de gasolina en la Plaça de sa Mora. F

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