El flujo de visitantes a las oficinas turísticas de Sóller sufrió un descalabro del 80% en comparación a las cifras del año pasado como consecuencia de la crisis turística originada por el coronavirus. Solo los mercados nacional y francés registraron un repunte frente a la caída general de las demás nacionalidades.
El concejal de turismo de Sóller, Sebastià Aguiló, hizo balance de los resultados que han dado este año las oficinas de información turística de Sóller y el Port de las que destacó «la fuerte caída» en el número de visitas que atribuyó a las consecuencias de la pandemia. Aguiló informó que la oficina de Sóller atendió este año a 12.680 turistas frente a los casi 52.000 que registró en 2019. Del mismo modo, la del Port pasó de las 44.500 personas atendidas a solo las 8.180 de este año.
El edil de turismo resaltó, no obstante, el notable incremento en la visita de turistas de origen nacional y francés «lo que nos ha permitido evitar que las pérdidas turísticas fueran tan grandes como las registradas en otros destinos de la isla». Concretó que casi el 50% de los turistas atendidos en ambas oficinas eran españoles, una cifra nunca antes alcanzada.
Las oficinas turísticas han permanecido abiertas en Sóller hasta hace unos días. Los técnicos que atienden a los visitantes han ido recogiendo quejas y sugerencias que les han hecho llegar los turistas. Las más frecuentes han sido la falta de baños públicos o la clausura de la práctica totalidad de la red de museos.
Aguiló apuntó que de cara al próximo ejercicio se solucionará la falta de baños y prevé implementar un servicio de consigna para que los turistas puedan guardar sus maletas.
