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Lletra menuda

Una sintonía de baja frecuencia

Resulta complicado conceder credibilidad a la buena sintonía que otorga el alcalde de Llucmajor al acuerdo alcanzado con el edil de El Pi y que le permite, tras año y medio de vicisitudes, dar estabilidad y mayoría al equipo de gobierno.

El anuncio cae en un error de contradicción porque, si la sintonía tuviera la calidad que pregona Éric Jareño, no hubiera necesitado de largos meses de negociación. Hay mucho de anormalidad y poco de práctica política coherente en el modo de hacer en la casa consistorial de Llucmajor, desde las destituciones iniciales, a las operaciones y fugas en la órbita de Vox.

Tampoco responde a patrones de normalidad común el que ahora se vean en la necesidad de anunciar que van a «trabajar para el municipio». ¿Con qué objetivo se habían presentado entonces a las elecciones? ¿Qué han hecho hasta ahora? Menos mal que muestran cierta sensibilidad ante los retos sobrevenidos y adquieren conciencia de la necesidad de priorizar la acción social y las consecuencias de la pandemia.

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