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Medio Ambiente desestima de nuevo la ampliación del puerto de Alcudiamar

La comisión medioambiental del Govern informa de forma desfavorable al proyecto al considerar que, a pesar de la reducción de la superficie ganada al mar, «sigue teniendo una afección directa e indirecta» sobre los hábitats naturales

En rojo se aprecia la superficie que pretende ampliar el puerto deportivo, según el vídeo difundido por Mallorca Blue.

Nuevo revés ambiental al proyecto de ampliación del puerto deportivo de Alcudiamar. El pleno de la comisión balear de Medio Ambiente ratificó ayer punto por punto la propuesta del subcomité de evaluaciones ambientales de la conselleria de Medio Ambiente en el sentido de informar desfavorablemente a la ampliación de la infraestructura portuaria ubicada en el Port d’Alcúdia por su elevado impacto ecológico, a pesar de las diversas modificaciones a la baja que ha sufrido el proyecto para superar el filtro ambiental.

La comisión medioambiental del Govern se ha pronunciado por segunda vez en contra de la ampliación después de que el pasado mes de abril ya informara en contra del proyecto a pesar de que la promotora accedió a reducir en 2.000 metros cuadrados el varadero ganado al mar, pasando de los 14.000 metros previstos en un principio a los 12.000 metros plasmados en la última versión del proyecto, que se suman a los 12.000 existentes. También se contempla un área de dragado de 188,44 metros cúbicos.

No obstante, el proyecto «sigue teniendo una afección directa e indirecta sobre hábitats de interés comunitario» como bancos de arena cubiertos por agua marina o praderas de posidonia.

Pese a la reducción del proyecto, «se siguen destruyendo directamente 1.200 metros cuadrados de poblaciones de la planta ‘Cymodocea nodosa’ y del alga clorofícea ‘Caulerpa prolifera’». El informe se refiere a la primera planta como una especie en régimen de protección especial, incluida en el catálogo español de especies amenazadas. «El hecho de que estas poblaciones afectadas directamente no estén dentro del ámbito territorial del LIC marino no implica que no merezcan protección», añade la resolución.

Por otra parte, el dictamen señala que durante la fase de obras «se producirán sólidos en suspensión, cuyo transporte y sedimentación pueden alterar indirectamente, en mayor o menor grado, hasta 1,5 millones de metros cuadrados de fondo marino» en el que crecen las citadas especies y 42.280 metros cuadrados de fondo colonizado por praderas de posidonia. Las obras afectarían también a zonas incluidas en Red Natura 2000, ya que el área de incidencia directa del proyecto «se halla tan solo a 60 metros del LIC y a unos 20 metros del ZEPA» de la bahía.

También se valoran otros posibles impactos durante la fase de obras que podrían provocar vertidos contaminantes desde el varadero, incremento del tránsito marino, capacidad para embarcaciones de más eslora y mayores impactos sonoros y lumínicos. El dictamen recuerda que la dirección general de Espacios Naturales se pronunció en contra del proyecto, cuyas medidas correctoras y preventivas propuestas en la documentación ambiental tramitada en julio de 2019 «no se consideran suficientes para descartar que el proyecto pueda afectar de forma apreciable al LIC de las bahías de Pollença y Alcúdia» y a las citadas especies vegetales.

Ahora, la resolución se enviará a Madrid para que el gobierno central elabore el informe de evaluación ambiental definitivo que, según fuentes de la comisión medioambiental, debería pronunciarse en el mismo sentido.

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