Siguen a buen ritmo las obras de demolición del bloque de nichos y capillas del cementerio de Porreres que a finales de los años 50 del pasado siglo fueron construidos sobre la zona donde está ubicada la fosa común que ya fue excavada en parte en 2016.

Previamente a la demolición que está llevando a cabo la empresa Construcciones Marín, los técnicos de Llar d’Estels, empresa funeraria de Porreres, realizaron el traslado de los restos humanos, cerca de medio centenar, que descansaban en dicho lugar hasta otras tumbas familiares o del Ayuntamiento.

Está previsto que el derribo esté finalizado en unos días, con lo que la zona quedará completamente despejada de construcciones para que el personal del Instituto Aranzadi pueda iniciar una nueva excavación buscando los restos de los represaliados de la guerra civil.