La dirección general de Salud Pública y Participación del Govern ha dictado una serie de normas encaminadas a adaptar las matances que se llevan a cabo en esta época del año en la isla a la actual situación sanitaria, con el objetivo de compatibilizar esta tradición tan arraigada entre los mallorquines con las medidas de seguridad obligatorias en tiempos de pandemia de la covid-19. Entre los requisitos más destacados dictados por el Govern figura la obligación de organizar el trabajo para que se formen grupos burbuja de un máximo de seis personas cada uno, si bien en las matances se permitirá la presencia de un máximo de diez participantes siempre y cuando se respeten una serie de medidas como la obligación de celebrar la matanza en un espacio aireado y la eliminación de todos los aspectos lúdicos vinculados a la tradición, entre otros requisitos.

Asimismo, el animal que se sacrifica debe ser criado por la persona que organiza las matances, cuyos productos resultantes «deben ser destinados únicamente a consumo propio o del grupo familiar inmediato», por lo que «queda prohibida la venta de productos de carne y otros productos obtenidos».

Además, «debe organizarse el trabajo para que las distintas operaciones se realicen lo más lejos posible una de otra, con el objetivo de mantener las distancias de seguridad entre personas». En este sentido, el Govern recomienda que las operaciones que impliquen proximidad entre los participantes deben «evitarse» si es posible. En el caso de que no sea posible, por ejemplo durante el acto del sacrificio del cerdo, «las personas deben alejarse unas de otras tan rápido como puedan y mantener desde este momento la distancia de seguridad». Las operaciones que impliquen proximidad entre los participantes deben ser ejecutadas por personas convivientes.

Espacios aireados

Además, todas las actividades deben desarrollarse en espacios «muy bien aireados». En caso de ejecutarse en lugares cerrados, «deben mantenerse las puertas y ventanas abiertas».

La obligación de llevar mascarilla también deberá cumplirse en la tradición de las matances, que no podrán complementarse con actos festivos ni otras actividades no relacionadas directamente con la acción de sacrificar al cerdo. Las personas que no participen directamente en los trabajos matancers no podrán acudir, por prohibición expresa de la conselleria de Salud.

Por otra parte, el desayuno o el almuerzo típicos de las matances deberán tener como máximo seis personas y solo podrán participar en estas comidas los comensales que han formado parte de la matanza. Por último, también será obligatorio poner a disposición de los participantes productos de limpieza de manos.