La Associació per a la Defensa del Port de Pollença ha remitido una carta al alcalde Tomeu Cifre en la que expresa su rechazo al proyecto de instalación de dos pantalanes flotantes para un total de 160 embarcaciones en el Moll, concretamente en el espigón de Can Franc y junto al hotel Illa d’Or.

El colectivo vecinal considera que la instalación de estos pantalanes «constituirá la puntilla» para el Port de Pollença, que ya se encuentra «degradado» como consecuencia de la «deficiente red de aguas pluviales y fecales». Además, a su entender, conllevarán una «afección visual, acústica y medioambiental de enorme trascendencia, cuya consecuencia será el fin del encanto del Port», ya que las estructuras tendrán más de 140 metros de longitud. «A nadie escapa que la situación de las aguas en zona poco profunda se verá empeorada por la ausencia de circulación del agua y la lógica contaminación de motores o aceites», añaden.

Por ello, reclaman los datos del proyecto y que la asociación vecinal figure como parte interesada en el expediente incoado para que sea informada de todas las actuaciones.

Por su parte, el alcalde Cifre señala al respecto que este proyecto está actualmente retirado porque Medio Ambiente lo vinculó a un estudio de evaluación ambiental que no se ha realizado. «Si Costas, que ha cambiado los criterios de este tipo de actuaciones, no lo autoriza, el Ayuntamiento no insistirá con este proyecto», señaló el regidor.

Cifre explica que el objetivo de la habilitación de estos dos pantalanes, cuya explotación se adjudicaría a terceros, es el de ofrecer, únicamente en verano, una alternativa a las numerosas barcas que tuvieron que retirarse al estar fondeadas en los 100 metros de zona de baño.