Los ciudadanos de Sóller pagarán menos en el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) del próximo año, en tanto que el ayuntamiento prevé aplicar una rebaja en el coeficiente de cálculo del tributo que quedará fijado en el 0,70% para el ejercicio de 2021.

Así lo aseguró ayer el alcalde de Sóller, Carlos Simarro, que junto a la edil de Hacienda, Andrea Pomar y la jefa de los servicios económicos municipales, Margalida Morell, presentaron el proyecto de modificación de la ordenanza municipal para que se aplique a partir del próximo año.

La propuesta que deberá ser ratificada por el pleno prevé que el tipo de gravamen para los inmuebles de naturaleza urbana pase del 0,75% actual al 0,70%, mientras que para los bienes en rústico se pasará a un coeficiente del 0,90% al 0,85% para el próximo ejercicio fiscal. La aplicación de los nuevos gravámenes supondrá para el ayuntamiento dejar de recaudar 532.000 euros, pese a que la contribución seguirá generando unos ingresos de 7,3 millones de euros.

Andrea Pomar señaló que la reducción que presentó ayer se sumará a la bonificación del 40% que se aplica a las viviendas instaladas en suelo rústico. La reducción se podrá aplicar tras eliminarse el plan de ajuste municipal. En clave más política, Simarro aseguró que “la rebaja será progresiva en los próximos años” y recordó que “fue un compromiso electoral que asumimos”.