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Día Internacional de las Mujeres Rurales

Las mujeres reivindican su papel en el campo

Maria Elisabeth Salvà es la tercera generación de payesas. Califica a su madre y abuela como personas «fuertes, valientes y muy trabajadoras» que siempre estuvieron en un segundo plano

Maria Elisabeth Salvà da de comer a los animales en la finca familiar. La imagen ganó el primer premio en la categoría de Ganadería.

Maria Elisabeth Salvà tiene 39 años y ha hecho de su pasión por el campo su trabajo. Un trabajo «muy sacrificado» que sigue con la tradición familiar, convirtiéndose en la tercera generación de payesas. «Es una manera de dar continuidad a su labor y su dedicación».

En el Día Internacional de las Mujeres Rurales (15 de octubre), Salvà solo tiene palabras de elogio hacia su abuela y su madre, dos mujeres «fuertes, valientes y muy trabajadoras» que dedicaron toda su vida al cuidado de la tierra y los animales. Su admiración hacia ellas es profunda. «Eran mujeres muy modernas para la época que les tocó vivir que se privaron de hacer muchas cosas para dedicarse al fora vila».

Su figura -reconoce- se mantuvo siempre en un segundo plano. Y es que pocas veces se habla de la labor de las mujeres en el campo. Por ello, Salvà reivindica su papel: «Es hora de dar visibilidad a las mujeres rurales y acabar con esa idea machista de que es un mundo de hombres. Nosotras estamos aquí desde siempre».

Salvà retrata a tres generaciones de payesas. La imagen se hizo con el segundo premio de Agricultura

Para Salvà, no solo es fundamental poner en valor la labor de la mujer en el campo sino el trabajo en sí. «La payesía siempre se ha visto como algo muy primario, cuando en realidad es lo más importante ya que es la base de todo, de la vida y las personas», asegura.

Un sector que no entiende de horarios ni días: «Los animales quieren comer, las cosechas deben ser recogidas y da igual la hora o el día que sea». Un mundo complicado y difícil -dice-, pero también muy gratificante. 

En concreto, Salvà y su familia se dedican al blat de xeixa. Han recuperado la venta de este antiguo cereal autóctono que parecía que iba a desaparecer. «Mi padre guardó la semilla y ahora nos dedicamos a su cultivo y venta», indica. Y mientras su padre se encarga del cultivo, ella se ocupa de su envasado y distribución -una vez por semana-, aunque a veces le ayuda a recogerlo o molerlo. «Es un trabajo en equipo», sostiene. 

Esta familia también tiene animales y un agroturismo. «Hemos enfocado una parte al sector turístico para poder conservar el patrimonio que tenemos», afirma Salvà.

Una payesa besa a su hija. La fotografía consiguió el segundo premio de Ganadería. Soraya Bosch

Desde una mirada sincera

Maria Elisabeth da voz a las mujeres rurales con su testimonio mientras su prima Aina Maria Salvà les pone cara. Ella y una decena de mujeres más que han participado en el primer certamen de fotografía que ha lanzado la conselleria de Agricultura, Ganadería y Pesca, y una pequeña muestra de estos trabajos son las fotografías que ilustran esta información.

«Parte de mi familia es payesa y cuando vi el concurso fue una necesidad participar para visibilizar el papel de la mujer», explica Salvà, maestra de profesión, aunque comparte con su prima la pasión por la naturaleza y los animales.

Según Aina Maria, sin la payesía y la tierra no somos nada. «Se nos olvida la feminidad que hay en la tierra, su fertilidad, su cura y su paciencia», apunta. Y para mostrar su respecto y admiración por esta profesión ha retratado a su prima en su día a día. «Es una payesa de las de verdad», asegura entre risas.

Echando la vista atrás, recuerda la figura de su abuela, también payesa. «Además de sacar adelante a sus cinco hijos, se encargaba de los animales y la tierra. Y aún escribía poesía», comenta. Y aunque ella no ha seguido la tradición familiar, su abuela se encargó de transmitirle los valores: «El respeto hacia la tierra, el amor y el cuidado por los árboles».

Unos valores que ayer la consellera de Agricultura, Ganadería y Pesca, Mae de la Concha, resaltó durante la entrega de premios del certamen, que tuvo a Aina Maria Salvà y Soraya Bosch como protagonistas, haciéndose ambas con varios premios.

En palabras de la consellera De la Concha, Balears tiene más mujeres trabajando en el campo que otros territorios, aunque aún estamos lejos de la igualdad real. Un ejemplo de ello es el sector agrícola, donde un 67% de titulares de explotación de tierras son hombres mientras que las mujeres solo representan el 33%. Una proporción que se desploma cuando hablamos de asalariados: el 77% son hombres frente a un 23% que son mujeres. Y un dato más. Dentro de las organizaciones agrarias y cooperativas, la presencia de la mujer solo representa el 15%.

La consellera Mae de la Concha con algunas premiadas. M. Mielniezuk

Por su parte, Maria Duran, directora del Institut Balear de la Dona, reflexionó sobre la historia de esta profesión, que se remonta a miles de años, y destacó su inicio: «Las mujeres fueron quienes inventaron la agricultura. Hay estudios científicos que lo demuestran».

Asimismo, el sindicato STEI reivindicó en el día de ayer el reconocimiento a las mujeres rurales por su contribución al desarrollo sostenible, la mejora de los procesos agrícolas y el cuidado de la tierra y de la vida. «Ha sido con su aportación que hemos conseguido encontrar caminos para la conservación de nuestro planeta, así como la mejora de las condiciones de los seres vivos que lo habitamos», señalaron.

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