1.036 metros cuadrados es la superficie que contempla ocupar el proyecto del chiringuito en la zona de es Corral d’en Bennàssar (Alcúdia), entre el bar-restaurante, el pantalán flotante y la plataforma para instalar sombrillas y hamacas. Un plan que ha desatado la indignación entre los vecinos de la localidad, las entidades ecologistas y hasta el propio Consistorio, por “el impacto medioambiental” que supondría para este espacio. Y el GOB avisa: «Autorizar esta ocupación incumple la Ley de Costas, lo que nos obligaría a ir a los tribunales».

Según explicó su portavoz, Margalida Ramis, el espacio donde se solicita instalar el beach club está en dominio público marítimo-terrestre, por lo que su ocupación únicamente estaría justificada si no hubiera otra ubicación alternativa para este chiringuito. «En este caso, veo difícil que lo puedan argumentar», sostuvo Ramis, quien también apeló a la responsabilidad de las administraciones públicas en su tarea de preservar los espacios naturales.

«Hablamos de una zona natural y rocosa donde la implantación de estas ocupaciones y actividades producirían un impacto medioambiental negativo sobre este espacio natural», destacaron desde el GOB. Cabe recordar que en esta playa en la actualidad no se ubica ningún tipo de servicio, por lo que se crearía «desde cero».

Con esta premisa, desde la entidad ecologista consideraron que esta petición tiene un recorrido corto: «Creo que la solicitud quedará en nada, aunque siempre nos podemos llevar una sorpresa, ya que no es la primera vez que ocurre», afirmó Ramis, quien se mostró esperanzada en que Madrid deniegue el permiso.

Pese a que la polémica saltó el martes con la denuncia de Podemos Alcúdia, el proyecto lleva más de un año sobre la mesa. Fue entre 2018 y 2019 cuando la empresa Barcarès Beach Club S.L. solicitó a Demarcación de Costas en Balears la autorización para la ejecución de este chiringuito en el antiguo nido de ametralladoras. El organismo público puso en marcha los trámites en mayo de 2019, sometiendo a información pública el plan. Costas pidió entonces a las instituciones implicadas (como el ayuntamiento de Alcúdia o la conselleria de Medio Ambiente) diferentes informes. También el GOB, al ver la publicación en el BOIB, presentó una serie de alegaciones exigiendo su anulación. Tras recopilar todos los datos, Costas elevó a mediados de junio de este año la autorización a Madrid, quien se encarga de conceder estas concesiones.

Con la pelota en el tejado del Ministerio, que se prevé que dé una respuesta en breve, las reacciones no han tardado en brotar. «Dejad de poner hamacas, sombrillas y chiringuitos. Solo destrozan la playa», denunció un vecino, mientras otro apuntó que «la costa es de domino público» y avisó: «No dejaremos que hagan tal disparate».

El Consistorio alcudienc también mostró ayer su «total rechazo e indignación» ante la posible edificación en este paraje natural, y avanzó que hoy se reunirá con los vecinos de la zona para analizar la situación. «Lucharemos con todos los vecinos y todos los recursos legales posibles para evitar este proyecto, al que nos oponemos rotundamente, ya que choca frontalmente con los valores de este lugar natural de nuestro municipio», señaló la alcaldesa Bàrbara Rebassa.

En palabras de la primera edil, el Ayuntamiento ya está trabajando de forma activa para poner freno a este proyecto. «Hemos pedido una reunión urgente con representantes del ministerio de Transición Ecológica en Madrid para mostrar nuestro rechazo, así como la búsqueda de fórmulas que permitan revertir esta situación que consideramos muy grave para nuestro patrimonio natural», apuntó Rebassa.

En concreto, el proyecto contempla un bar-restaurante con capacidad para 20 mesas y 80 sillas, una plataforma de madera de 345,5 metros para instalar unas 60 hamacas y 30 sombrillas, además de una ocupación de unos 500 metros de playa para ubicar otras 100 hamacas y 50 sombrillas. También prevé la instalación de un pantalán flotante. En total, teniendo en cuenta las estructuras fijas y los elementos desmontables, el proyecto ocuparía más de 1.000 metros cuadrados, de los cuales 24 serían sobre el mar.